El genio kurdo: arrogancia e ignorancia

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imrs (1) Una de las consecuencias no deseadas de las invasiones estadounidenses de Irak en 1991 y 2003 – y sus secuelas – ha sido la liberación del genio nacionalista kurdo en Oriente Medio. Hoy en día, existe un pequeño Estado kurdo de facto en el noreste de Irak, en el norte de Siria está surgiendo otro, y, tras un período en el que se ha intentado una reconciliación, la violencia kurdo-turca está haciendo metástasis de nuevo a lo largo de Turquía. Sólo la región kurda del noroeste de Irán permanece en silencio.

El genio kurdo tiene su origen en la desintegración del multiétnico Imperio Otomano, en las autorreferentes ideas a favor de la autodeterminación de los catorce puntos del presidente Woodrow Wilson, y en el fracaso (ver. Pgs 5 y 6) de la Conferencia de la Paz de Versalles (1919) a la hora de reconocer las aspiraciones nacionales kurdas. La Conferencia de Versalles se burló de las ideas de Wilson, particularmente en lo que respecta a Oriente Medio. Lo cierto es que la cuestión de una nación kurda independiente ha sido reprimida desde que (1) el  Acuerdo de Sykes-Picot (1916) propuso una repartición del Imperio Otomano que sirviese a los intereses de las potencias coloniales europeas, (2) el Tratado de Sèvres (1920) trató de efectuar esa división, y (3) el Tratado de Lausana (1923) deshizo la partición de Anatolia propuesta, estableciendo las fronteras de la Turquía moderna.

En conjunto, estos eventos enterraron las aspiraciones nacionalistas kurdas en el sureste de Turquía mediante la incorporación de esa parte del Kurdistán a la República de Turquía y a los madatos de la Liga de las Naciones de Siria e Irak. Los modernos estados multiétnicos de Turquía, Siria, Líbano e Irak, así como Jordania, e Israel surgieron de los confusos detritos de la interacción del ingenuo idealismo de Wilson [1] con las cínicas maniobras de las potencias coloniales europeas.

Hoy en día los kurdos siguen siendo el grupo étnico más grande del mundo sin un hogar nacional, pero conseguir uno requiere ahora la continua destrucción de la estructura nacional existente en Siria, Irak, Turquía y quizás incluso Irán. Dado que las estructuras nacionales de Turquía e Irán son extremadamente fuertes, las ambiciones nacionalistas kurdas para ser más que segundones en Siria e Irak podrían toparse con obstáculos muy sangrientos.

Un informe reciente de Florian Neuhof en el Middle East Eye ilustra la creciente complejidad de la actual aparición de un pequeño estado kurdo rico en petróleo en la porción más grande de Irak. No se puede conocer el contagio que podría sufrir una Turquía pobre en petróleo y posiblemente Irán, en conjunción con la emergente partición de Siria. No obstante, una cosa está clara, y es que las arrogantes declaraciones sobre el Oriente Medio en las que nos hacemos los machos, como enviar a 30.000 soldados a Irak para “dejar KO” al ISIS (Trump) y “bombardear” a los militantes islámicos en Siria para ver si podemos hacer  que “la arena brille en la oscuridad “(Cruz), o las declaraciones colosalmente ignorantes en cuanto a intervenir haciendo uso del “poder de la inteligencia en su mejor momento”, como lo hicimos en Libia (Clinton) no auguran un buen futuro para el papel de estados Unidos en Oriente Medio.

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[1] Un ejemplo hilarante de la condescendiente ignorancia que rodeaba a la cuestión kurda en Versalles se puede encontrar en el relato contemporáneo del Dr. EJ Dillon, The Inside Story of the Paris Peace Conference, febrero de 1920. El libro está en formato electrónico, por cortesía del Proyecto Gutenberg y basta con buscar google la palabra “kurdo” para tener una idea de cómo la gente de la época veía la cuestión kurda en la Conferencia de Paz de Versalles.


Publicado originalmente el 20/03/2016.

Traducido del inglés por Verónica Santamaría, editoria de revista Libertario.es. El artículo original se encuentra aquí.

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