Tres lecciones aprendidas del éxito de Tesla

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TeslaLa semana pasada vimos aparecer nuevas amenazas contra el sector actual del automóvil. Al estilo de la Applemanía, la gente hacía cola en distintas ciudades para reservar un automóvil eléctrico que casi nadie ha conducido o visto. Es un automóvil que se entregará en dos años (o quizá más tarde debido a una cifra enorme de reservas). Las reservas (incluidas las hechas en línea) del Tesla modelo 3 sobrepasaron muchas expectativas con más de un cuarto de millón en menos de tres días. Para poner las cosas en perspectiva, este número de reservas es más de un 70% de las ventas anuales de la clase C de Mercedes Benz, el líder en este segmento del mercado.

Una disrupción schumpeteriana tan grande puede en realidad enseñarnos algo acerca de cómo funcionan los mercados y nos proporciona una oportunidad para revisar mitos permanentes acerca del funcionamiento real de la competencia del mercado.

Lección 1: Si los consumidores tienen libertad, habrá competencia en todos los mercados

La mayoría de los libros de texto de economía destacan el papel de la competencia en el mercado. Sin embargo, por diversas razones, a menudo recelan de un mercado completamente libre, creyendo que algunos sectores no son verdaderamente competitivos por naturaleza. ¿Por qué? Porque en algunos sectores los enormes costes asociados con la entrada (y salida) pueden desviar el proceso competitivo de su camino óptimo. O eso se cree.

El sector del automóvil se presenta a menudo como un buen ejemplo de esto: hacen falta enormes inversiones. Las economías de escala, aunque dirigidas por la eficiencia, pueden funcionar como una barrera de entrada. Aparentemente no todos los sectores están abiertos a una competencia total.

Y entonces aparece Elon Musk con el equipo de Tesla Motors hace trece años, creando algo que se nos dijo que no podía ocurrir: fundaron una start-up de automóviles.

Algunos apuntarán que Elon Musk y sus empresas han sido receptores de subvenciones públicas y ventajas fiscales. Y es verdad que nuestro análisis debe desgraciadamente verse distorsionado por la presencia de la intervención pública. Pero encontraremos distorsiones similares donde quiera que vayamos. Después de todo, la competencia de Tesla (es decir, Ford, Chrysler y GM) ha estado recibiendo desgravaciones y subvenciones fiscales de entidades públicas durante muchos años.

Sin embargo, no deberíamos dejar que estos asuntos nos distraigan del hecho de que Tesla está compitiendo contra empresas mucho más grandes en un entorno similar de mercado y Tesla continúa existiendo aunque muchas otras empresas hayan tratado de hacer lo que está haciendo Tesla y han fracasado.

Incluso en un entorno de mercado con intervenciones públicas, lo que se necesita realmente para tener éxito es un buen producto que atraiga al consumidor. Por tanto cualquier mercado en el que los consumidores tengan al menos algo de libertad para elegir (incluso los mercados dominados por grandes empresas con beneficios sobrepasando algunas economías nacionales pequeñas) los emprendedores pueden ofrecer una competencia real. Una vez un emprendedor convence a los inversores y demuestra a los clientes que un producto nuevo es innovador y tiene sentido, los ya establecidos en el sector afrontan una amenaza real para su existencia. No importa lo grandes que sean, siempre hay competencia potencial detrás de cada esquina.

Lección 2: El mercado es un excelente mecanismo de prueba para la producción en masa

La historia de Tesla Motors es una demostración perfecta de cómo se prueban en el mercado las ideas innovativas y cómo el proceso innovador está contantemente bajo la evaluación de los dueños de los negocios (al contrario que el gasto político burocrático). Musk y su equipo empezaron siendo pequeños con la fabricación de un coche deportivo para demostrar la viabilidad de un automóvil eléctrico. Usaron un modelo existente (Lotus), cambiaron las partes tradicionales (es decir, el motor) por un mecanismo eléctrico con una batería. Fue una buena manera de dar un paso relativamente pequeño (en términos de presupuestos). En lugar de gastar demasiado en un proyecto más grande y arriesgado, la empresa decidió hacer la prueba inicial. Los inversores se interesaron, entró más dinero y entonces fue posible desarrollar el único Tesla modelo S, fabricado completamente por la empresa.

En este momento, Tesla sigue limitada a automóviles caros y lujosos dirigidos a clientes ricos. El modelo S se creó para demostrar al mundo que la empresa era capaz de fabricar automóviles completos por sí misma. El modelo no se fabricó inicialmente para ganar dinero en un nicho de mercado, sino para conseguir inversores para financiar la producción en masa. El Tesla S perdió dinero, pero el mucho menos caro modelo 3 puede ser un éxito, si los consumidores deciden que lo sea.

La historia demuestra muy bien cómo el mercado permite a los emprendedores presentar cautelosamente un nuevo tipo de producto y evaluarlo sobre la marcha. En lugar de empezar todo el proyecto inmediatamente, Tesla ha tomado una ruta racional y más lenta hacia la producción en masa. Tesla está consiguiendo titulares con sus enormes cifras de reservas, pero hay muchos otros casos que no se ven de empresas que fabricaron malos productos innovadores y fueron eliminadas por el mercado durante la fase de pruebas. (Bajo el patrocinio del gobierno, simplemente continuarían indefinidamente). Los mercados tienen una manera de librarnos de productos que pocos quieren.

También se puede advertir cómo los productos de lujo cada vez son menos lujosos con el tiempo. Gracias a la formación de capital unida a la inversión privada, los productos que solían ser caros empiezan a fabricarse en cifras mucho mayores. Fue así como teléfonos, computadoras, jabón, tractores y una lista inacabable de otros productos y servicios. Más competencia y producción en masa llevan a deflación de precios (o aumento en salarios reales).

Como destacaba Mises una y otra vez: los mayores beneficios están en la producción en masa. Henry Ford lo entendió bien y el caso de Tesla puede también ilustrar esto.

Lección 3: Las patentes dañan a los consumidores e inhiben el progreso

Otro aspecto interesante de Tesla Motors es que liberan sus patentes y permiten a otros fabricantes usar su tecnología. Aunque esto pueda verse sencillamente como un acción de caridad para con la humanidad, hay otro lado de la moneda: se supone que le dará más beneficios.

Tesla cree que puede compartir abiertamente su tecnología porque la empresa confía mucho y cree firmemente en sus productos. Están seguros de que nadie llega ni de cerca de la calidad de lo que fabrican. Bajo esas circunstancias, tiene un perfecto sentido económico divulgar las innovaciones por todo el mercado. Tesla entiende que la adopción de nuevos productos y tecnologías que puedan usarse para mejorar los automóviles eléctricos estimula al sector en general y lleva a la diversificación. Cuando se sigue siendo el líder de un mercado como ese, las patentes simplemente no son necesarias. Los privilegios de monopolio ofrecidos por las patentes son más importantes para las empresas débiles o para empresas que se adapten al status quo y no estén interesadas en una mayor evolución del mercado. Si alguien se ve como el corredor más rápido en todo caso, se centra en correr tan rápido como sea posible, sin necesidad de cargar u obstaculizar a los competidores.

En último término, como cualquier otra empresa, Tesla Motors puede sencillamente fracasar. O puede ser el mayor éxito en el sector del automóvil desde Ford. No importa lo que nos traiga el futuro, ya puede aprenderse una importante lección: Si consumidores e inversores son libres para elegir, cualquier emprendedor centrado en atender a los clientes puede competir incluso contra grandes empresas establecidas. Además, el mercado proporciona una forma de recompensar a los empresarios más innovadores y centrados en el cliente.


Publicado originalmente el 8 de abril de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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