Lo que más necesita Gran Bretaña es volver a los ideales de paz y libre comercio ejemplificados en la obra de Richard Cobden y otros liberales del siglo XIX. Por desgracia, esta filosofía estuvo completamente ausente en los discursos de la campaña del abandono, que estuvo más a menudo motivada por las mismas mentiras proteccionistas que demolieron tan eficazmente los liberales clásicos. Y aunque es incierto qué políticas económicas adoptará Gran Bretaña en los próximos años, parece improbable que desaparezca la retórica proteccionista o que muchos defensores del Brexit abandonen espontáneamente su defectuoso razonamiento económico.
Por el contrario, es probable que el Brexit, a pesar de sus efectos positivos, también se producirá un auge de sentimientos antiliberales en Gran Bretaña y Europa. Por ejemplo, se da prácticamente por supuesto que cualquier problema económico que se produzca en un futuro cercano será atribuido el Brexit. Aun así, esto solo significa que es más importante que nunca destacar que abandonar la UE no equivale a convertirse liberal; por el contrario, sólo es una parte de ese proceso. Consecuentemente, no se puede hacer responsables a las ideas liberales si una Gran Bretaña más descentralizada utilizara su independencia recién conseguida para adoptar restricciones comerciales y otras políticas nacionalistas.
Sin ganar la batalla de las ideas, las ganancias por abandonar la UE equivalen a muy poco. En esta batalla, el Brexit no es tanto una victoria como una oportunidad. Y como argumentaba Joseph Salerno, debemos aprovechar cada oportunidad disponible para reducir el estado y expandir la sociedad libre. La única vía para Gran Bretaña es adoptar un programa de liberalismo económico. El Brexit ofrece una posibilidad para extender de nuevo a aquellos ideales por tanto tiempo olvidados de paz y libre comercio de los que deriva todo el progreso humano.
Publicado originalmente el 24 de junio de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.