El seminario privado de Mises: Recuerdos de Gottfried Haberler

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[Reimpreso de The Mont Pelerin Quarterly, Volumen III, Octubre de 1961, Nº 3, página 20 y ss. Reimpreso en Planning for Freedom (Libertarian Press, 1980), pp. 276-278]

El periodo entre las dos guerras desde 1918 a la ocupación de Hitler fue para Austria y especialmente para Viena una época triste desde un punto de vista político y económico. Una calamidad seguía a otra: Colapso del marco tradicional de la nueva Austria (de la vieja monarquía austro-húngara), agotamiento y destrucción bélicos, alta inflación, breve recuperación seguido por una profunda depresión, guerra civil en dos frentes y luego la larga noche del gobierno nazi y de nuevo guerra, destrucción y ocupación.

Pero la vida intelectual, especialmente en el campo de la ciencia era apasionante y estimulante en Viena hasta el auge del nazismo a mitad de los treinta. Existían varios centros científicos famosos internacionalmente, con numerosas conexiones entre ellos. Las escuelas más conocidas eran: la del psicoanálisis; la teoría pura del derecho, fundada por Hans Kelsen y sus numerosos discípulos; la escuela el positivismo lógico, centrada en torno a Moritz Schlick y Rudolph Carnap y en último lugar, pero en modo alguno por debajo, un grupo de economistas, sociólogos y filósofos y tenía su centro en el famoso “Privatseminar” del profesor Ludwig von Mises, quien celebra su 80 cumpleaños, joven y fresco de mente y cuerpo como su amigo y colega de días universitarios y posteriormente en el Institut Universitaire de Ginebra, Hans Kelsen. La mayoría de los miembros originales de estos diversos grupos abandonaron Viena antes de 1933 y muchos de ellos y sus numerosos alumnos están activos en universidades e instituciones investigación de todo el planeta.

Los participantes habituales en el seminario millón eran varios miembros de la sociedad Mont Pelerin, siendo los más notables Hayek, Machlup, el veterano Alfred Schutz y el muy joven John V. Van Sickle. Los investigadores visitantes consideraban un gran honor ser invitados al seminario: entre ellos estuvieron Howard S. Ellis (Universidad de California), Ragnar Nurkse (posteriormente profesor de economía en la Universidad de Columbia en Nueva York) cuya inesperada muerte se produjo hace tres años, Karl Bode (posteriormente en la Universidad de Stanford y ahora en Washington), Alfred Stonier (ahora en el University College de Londres) y otros muchos. Estuvo Oskar Morgenstern (ahora en la Universidad de Princeton), el veterano Karl Schlesinger y Richard Strigl, dos de los economistas más brillantes de su tiempo y, sobre todo, el autor de las canciones reproducidas más abajo, el inolvidable Felix Kaufmann, filósofo de las ciencias sociales su más amplio sentido, incluyendo derecho y la economía (también escribió un libro muy debatido sobre el fundamento lógico de las matemáticas), quien después de su inmigración en 1938 se unió a la Facultad de la Nueva Escuela de Investigación Social en Nueva York, donde enseñó con gran éxito hasta su prematura muerte hace doce años.

En otros miembros eminentes fueron la profesora Martha St. Brown (Brooklyn College, Nueva York), el profesor Walter Froehlich (Universidad de Marquette, Milwaukee, Wisconsin), la Dra. Helene Lieser (durante muchos años como secretaria de la Asociación Económica Internacional en París), la Dra. Ilse Mintz (Universidad de Columbia y Oficina Nacional de Inverstigación Económica, en Nueva York), el Dr. Eric Schiff (Washington) y el Dr. Emanuel Winternitz (conservador de la colección de instrumentos musicales del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York).

El seminario se reunía todos los viernes a las siete de la tarde la oficina de Mises en la Cámara de Comercio. Mises se sentaba en su mesa y los miembros del grupo en torno a él. La reunión se iniciaba con un trabajo del propio Mises o de otro miembro sobre algún problema de teoría económica, metodología de las ciencias sociales o política económica. La sociología, especialmente la “Verstehende Soziologie” de Max Weber y sus problemas relacionados eran los temas favoritos. La discusión siempre vivaz duraba hasta las diez, cuando el grupo se marchaba al restaurante italiano cercano “Ancora Verde” (“Der grune Anker”, en la canción de Kaufmann) donde se servía la cena. Hacia las once y media, aquellos miembros que no estuvieran ya agotados, iban al Café Kunstler, enfrente de la universidad, el lugar de reunión favorito de los economistas Viena en aquel momento. Mises estaba siempre entre los resistentes que iban al Café Kunstler y era el último en irse a casa, nunca antes de la una de la madrugada.

A la mañana siguiente, fresco como una rosa, estaba en su oficina a las nueve. Con 80 años, sigue manteniendo esta costumbre de trabajar hasta tarde y levantarse temprano.

En 1935, Mises aceptó una oferta de W. E. Rappard y se unió al Institut Universitaire de Hautes Etudes Internationales en Ginebra, donde enseñó hasta 1940, cuando emigró a Estados Unidos. Algunos de sus alumnos habían abandonado antes: Hayek se había ido a Londres y el presente escritor a Ginebra. Quienes permanecieron en Viena hasta que cayó la noche en 1938, se sintieron solos y abandonados. La canción de Kaufmann muestra una expresión conmovedora de estos sentimientos.

El traslado de Mises y la desaparición de las otras escuelas que he mencionado más arriba dejaron un gran vacío en la intelectual de Viena, que nunca ha vuelto a ser rellenando, ni siquiera después de la espectacular recuperación económica y política de Austria después de la Segunda Guerra Mundial.


El artículo original se encuentra aquí.

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