El USDA y el cártel agrícola conspiran para destruir a una pequeña empresa

0

Acaba de presentarse una propuesta bipartidista de ley por parte de los senadores Cory Booker (D, NJ) y Mike Lee (R, UT) que pretende impedir que los programas federales establecidos para promover la venta de productos agrícolas se usen para atacar a los competidores e influyan en las políticas públicas. La Commodity Checkoff Program Improvement Act de 2016 es una reacción al descubrimiento el pasado año de una indignante conspiración entre el American Egg Board y un cargo del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés) para destruir una pequeña empresa que fabrica una mayonesa vegana sin huevo.

Los documentos publicados el pasado año bajo la Freedom of Information Act revelaban que el American Egg Board, un cártel obligatorio de productores huevos supervisado por el USDA, trató de destruir la pequeña empresa Hampton Creek, fabricante de Just Mayo. El Egg Board es uno de los varios programas de promoción de productos genéricos creados precisamente para promover productos como huevos, carne de vacuno y porcino, champiñones y soja. Estos programas se financias con tasas obligatorias cobradas a todos los productores del producto (quieran participar en ellos o no) y sus presupuestos y actividades están supervisados por el USDA. Sus consejos tienen prohibido legalmente usar sus fondos para atacar a competidores o influir en las políticas públicas.

Cuando apareció Just Mayo en las estanterías de la cadena de alimentación Whole Foods en 2013, Joanne Ivy, la presidenta del Egg Board, hizo sonar las alarmas para los miembros del cártel a través de correo electrónico, calificando al nuevo producto “una crisis y amenaza importante para el futuro del negocio de la producción de huevos” y preguntando:

¿Qué vamos a hacer en el AEB con respecto a la competencia de este producto? Necesitamos tener una respuesta.

Varios meses después. en enero de 2014, un cargo del USDA escribía a Ivy advirtiéndole de que las etiquetas de Just Mayo tendrían problemas con el USDA. Ivy lo aprobó y en agosto de 2015, el USDA envió una carta de advertencia, que incluía infracciones como hacer afirmaciones sanitarias no autorizadas y engañar a los consumidores al yuxtaponer la imagen de un huevo y la palabra “mayo” en la etiqueta. La AEB también contrató a un “contratista de sostenibilidad” para presionar a Whole Foods para que retirara Just Mayo de sus estanterías. Whole Foods se negó. Finalmente, el AEB trabajó en secreto con Unilever, el gigante de los productos de consumo de 150.000 millones de dólares y fabricante de la mayonesa Hellman’s para aplastar a Just Mayo. Unilever presentó una demanda contra Hampton Creek, alegando que Just Mayo no era realmente mayonesa porque no tenía huevo. La demanda fue retirada por Unilever pocos meses después.

Entretanto, un ejecutivo de una empresa de alimentación y ejecutivo del Egg Board bromeaba en correos electrónicos acerca de organizar un asesinato al estilo mafioso de Jeff Tetrick, el CEO of Hampton Creek. El 13 de diciembre de 2013, el ejecutivo del AEB, Mitch Kanter, bromeaba:

Entretanto, ¿queréis que contacte con algunos de mis antiguos colegas en Brooklyn para que hagan una visita a Mr. Tetrick?

Casi un año después. Mike Sencer, un ejecutivo de la empresa de alimentación Hidden Villa Ranch respondía:

¿Podemos juntar dinero y poner precio a su cabeza?

Aunque fueran bromas, el perverso complot del USDA y el Egg Board para usar todo el poder del gobierno de EEUU para destruir la pequeña empresa de Mr. Tetrick fue muy real. Como dijo Matthew Penzer,un expert en derecho de programas de promoción de productos:

Hampton Creek fue atacado por su propio gobierno.

Por desgracia, la propuesta de ley presentada por los senadores Booker y Lee es un gesto inútil que no asegurará que estos programas no se usen ilegalmente por las empresas afectadas. Pues como han demostrado economistas e historiadores, caso tras caso desde la década de 1880, las agencias regulatorias públicas fueron invariablemente “capturadas” por el sector al que se supone que regulaban y fueron inducidas a ayudar al sector a crear cárteles obligatorios contra el consumidor. El problema real no es que las leyes sean demasiado vagas a la hora de especificar las funciones y propósitos de estas agencias y sus programas, sino que las propias agencias existan. Porque es el propio gobierno de EEUU, a través de su poder legal para regular e intervenir en actividades económicas, la fuente de todos los privilegios monopolísticos, el bienestar corporativo y las prácticas contra los consumidores. La solución real es abolir el Departamento de Agricultura y todas las demás agencias reguladoras y restaurar un régimen de estricto capitalismo de laissez-faire en el que solo los consumidores determinen los tipos, cantidades y calidades de bienes y servicios que se produzcan, a través de sus decisiones de compra en mercado libres y competitivos.


Publicado originalmente el 15 de julio de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email