La falta de competidores del EpiPen es culpa de la FDA

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EpiPenHay un nuevo ataque de furia por el alto precio de una medicina o tratamiento médico. Aunque el bien en cuestión cambia cada vez, la culpa siempre parece recaer en las avariciosas corporaciones que simplemente no están suficientemente reguladas. Los mercados libres y el capitalismo son la cabeza de turco, aunque no esté en vigor en Estados Unidos nada que se parezca remotamente a un mercado no intervenido en la atención sanitaria.

Esta vez es el EpiPen un dispositivo que de cada fácilmente con seguridad epinefrina para abrir rápidamente las vías respiratorias a personas estén sufriendo una anafilaxis grave, debido a una alergia extrema. Ha salvado las vidas de mucha gente que era alérgica a picaduras de abejas, ciertos alimentos u otras medicinas, porque puede administrarse inmediatamente por alguien sin ninguna formación médica.

EpiPen lo vende Mylan y el precio de un paquete de dos ha aumentado de aproximadamente 100$ en 2007 a más de 600$ en mayo de 2016. Mylan ha tratado de capear el temporal señalando que muchos de sus clientes no pagan nada por el medicamento debido los seguros. Su defensa no ha tenido éxito.

El economista busca competidores en estos casos. La empresa no puede simplemente aumentar sus precios a capricho sin que una empresa competidora salte a dar a los consumidores lo que quieren un precio más bajo. Resulta que Mylan tiene un gran amigo que mantiene a sus posibles competidores fuera del mercado o al menos se lo pone tan difícil que acaban desapareciendo. Ese amigo es la FDA.

Con la FDA, las patentes y una buena relación con las aseguradoras, Mylan ha sido capaz de aumentar constantemente el precio del EpiPen sin repercusiones importantes en el mercado. Sin embargo la reacción actual puede impulsar a muchos pacientes y doctores a buscar alternativas. El único problema es que las alternativas son contadas debido a las intervenciones públicas.

La epinefrina es extremadamente barata: solo unos centavos por dosis. Las complicaciones vienen de la fabricación de dispositivos sencillos de autoinyección. Mylan “posee” su propio diseño de dispositivo autoinyector, así que los competidores deben encontrar otras alternativas en sus dispositivos para introducir la epinefrina en el cuerpo del paciente. Esta tarea, unida al complicado papeleo de la FDA, ha demostrado ser difícil para los posibles competidores de EpiPen. Es como esperar que alguien encuentre una nueva manera de jugar al béisbol sin bases, bolas, guantes o bates, pero consiguiendo que el juego aprobado por la MLB sea un sustitutivo del juego del béisbol.

Una empresa farmacéutica francesa ofreció un dispositivo electrónico que en realidad hablaba a la gente explicándole los pasos para administrar el medicamento, pero fue rechazado por preocupaciones sobre la correcta dosificación. Este mismo año, se bloqueó por parte de la  FDA el intento de Teva Pharmaceutical de llevar al mercado un inyector genérico de epinefrina en EEUU. Adrenaclick y Twinject fueron incapaces de convencer a las aseguradoras, así que dejaron de producir sus dosificadores en 2012.

Adrenaclick ha vuelto, pero sigue sin estar cubierto por muchos planes de seguros y la FDA ha prohibido a las farmacias usar Adrenaclick como alternativa genérica a EpiPen. Otra empresa trató de evitar completamente la barrera de la patente del autoinyector ofreciendo jeringuillas prerrellenadas pero la FDA también se lo ha impedido.

Mylan han estado protegida repetidamente frente a la competencia y en respuesta a eso ha aumentado repetidamente (y predeciblemente) el precio del EpiPen. Permitir a todas estas empresas competir en la producción de autoinyectores de epinefrina sería lo mejor para los muchos pacientes que quieren una solución más barata para reacciones alérgicas graves.

Una cosa es segura: no hay que culpar al capitalismo. Las regulaciones públicas han ahogado este mercado y muchos otros. Lo que necesitamos es una gran dosis de libertad.

Nota: Una versión anterior citaba la patente original de 1977 del EpiPen. Aunque haya expirado, desde 1977 los fabricantes de EpiPen han sido capaces de conseguir múltiples patentes para otros aspectos y variaciones del diseño y partes pequeñas asociadas con este. Un enlace a una de estas patentes ha remplazado al enlace original de la patente de 1977, indicado anteriormente.


Publicado originalmente el 24 de agosto de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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