La marcha de Venezuela hacia el default

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Solo es cuestión de tiempo que Venezuela deje de pagar su deuda exterior. Después de un breve repunte en 2009, cuando las reservas de moneda extranjera del país superaron los 40 mil millones de dólares, Venezuela ha sufrido una hemorragia constante de sus reservas hasta los 10 mil millones de dólares. En 2016, Venezuela empezó a vender oro para compensar la pérdida de sus reservas monetarias. Como consecuencia, las reservas de oro de Venezuela cayeron de más de 360 toneladas a menos de 190. Salvo que apareciera como prestamista alguna potencia extranjera, como por ejemplo China, el default de Venezuela parece inevitable (gráfico 1).

Venezuela no es solo la víctima de la caída de los precios del petróleo, aunque estos tengan el efecto inmediato más fuerte sobre las finanzas del país. Los ingresos del petróleo financian más de la mitad del presupuesto público de Venezuela y equivalen a casi toda la renta exportadora. El problema más profundo de Venezuela proviene del hecho de que casi todas las prestaciones sociales del supuesto gobierno tras la “Revolución Bolivariana” bajo los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro han sido financiadas con expansión monetaria.

En 1998, antes de que Hugo Chávez se convirtiera en presidente, la oferta monetaria amplia extendida (M3) estaba en 10,6 miles de millones de bolívares. En 2010, la oferta monetaria venezolana ya había aumentado a más de 290 mil de millones de bolívares y en octubre de 2016, la oferta monetaria M3 había alcanzado los 7.513,9 miles de millones de bolívares venezolanos (gráfico 2).

Consecuentemente, la inflación anual de precios se disparó desde alrededor del 25% en los años anteriores a 2012 a más del 180% al final de 2015, hasta que el gobierno dejó de publicar en la práctica la cifra oficial. El Fondo Monetario Internacional estima una tasa de inflación del 480% para 2016 y del 1.640% para 2017.

Desde 2012, el precio del petróleo venezolano ha caído desde 100$ el barril a menos de 50$. Debido las turbulencias políticas y la socialización de la industria, la producción general de petróleo del país ha caído en 2016 al mínimo de los últimos trece años. Las exportaciones de Venezuela, que consisten casi completamente en petróleo, se han desplomado desde un máximo de 30,7 miles de millones de dólares en el tercer trimestre de 2008, a actualmente menos de 10 mil millones por trimestre. En febrero de 2016, el gobierno venezolano devaluó oficialmente su moneda en un 37% frente al dólar de EEUU, de 6,3 y 10 bolívares, al mismo tiempo que en el mercado negro se pagaban más de 1.000 bolívares por un dólar.

La Revolución Bolivariana que empezó Hugo Chávez en 1999 está llegando a su fin. Graves escaseces de bienes básicos, colas para la obtención de alimentos, precios exorbitantes en el mercado negro, el colapso de la moneda e hiperinflación afligen a un país que afirma poseer las mayores reservas demostradas de petróleo del mundo.

Es solo cosa de tiempo que Venezuela no pueda financiar sus importaciones y un caos social y político de proporciones sin precedentes aflija al país. La caída también afectará a los países vecinos de Venezuela.


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