“La moraleja es que cualquier puede ser del ISIS. Por tanto necesitamos una aproximación a la seguridad de las sociedades civilizadas que no permita a los individuos esconderse bajo pasaportes occidentales. (…) Ha llegado el momento de un “pasaporte global”, una certificación digital paralela de identidad, historial, antecedentes penales, historial de viajes y otros detalles personales. El registro digital se actualizaría regularmente basándose en bases de datos de aerolíneas, aduanas, bancos y otras fuentes y podría gestionarlo una autoridad internacional independiente”.
La cita anterior viene la CNN, una red estadunidense de noticias que ha hecho un trabajo ejemplar en años recientes como portavoz oficioso del gobierno de EEUU.
El argumento a favor de los pasaportes globales es familiar: “Corres el peligro de que te maten los terroristas. Te salvaremos eliminando otra más de tus libertades”. O, como decía Hermann Goering:
El pueblo siempre puede ser comprado por sus líderes. Es fácil. Solo tienes que decirle que está siendo atacado y denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo y por poner en peligro el país. Funciona igual en cualquier país.
Más de mil personas cruzan fronteras actualmente cada año. Además, hay 250 millones de personas que son expatriados (que viven fuera de su país de origen). Estas cifras son más altas que nunca en la historia y siguen creciendo. Al ir progresando El Gran Engaño, seremos testigos de un aumento dramático en ambas estadísticas. Entretanto, podemos esperar que gobiernos más restrictivos, especialmente en la UE y EEUU, instituyan limitaciones en los viejas de sus ciudadanos, para mantenerlos cautivos en casa.
Así que podemos por tanto prever cambios en la emisión de pasaportes. Hay dos movimientos en marcha con respecto al futuro de los pasaportes y son completamente opuestos entre sí. El primero es a favor de la un Pasaporte Global, que emitirían todos los países y compartiría datos informatizados de todos los poseedores de pasaportes. El otro es una proliferación de pasaportes creados por la facilitación de los requisitos de ciudadanía en los países pequeños, haciendo que persona pueda poseer varios pasaportes, disminuyendo así su “pertenencia” de su país de origen.
Ambos movimientos es casi seguro que se desarrollen considerablemente en los próximos años y por las mismas razones. Como se ha dicho, los países más restrictivos es probable que impulsen un pasaporte global, un documento orwelliano que diga: “No importa dónde estés, viajas con nuestro documento. Tenemos toda tu información y te poseemos”. Cuanto más aumente la preeminencia de esta tendencia, más aumentará la segunda, por reacción directa. Cada vez más países ofrecerán ciudadanía a no nacionales, ya que la demanda de libertad aumenta entre los pueblos oprimidos.
La mayoría de los países que actualmente ofrecen “ciudadanía por inversión” son países pequeños: Malta y Chipre en el Mediterráneo, más cinco naciones insulares en el Caribe: Granada, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves (St. Kitts & Nevis), Dominica y recientemente Santa Lucía.
Una visita a cualquiera de los pequeños países caribeños nos mostrará que, desde la decadencia del sector azucarero, tenían pocas alternativas con respecto a la prosperidad futura. Pequeñas villas y pueblos pintorescos y buenas playas atraen a cierta cantidad de turismo, pero hace falta algo más para sostener toda una población. Hace décadas, San Cristóbal y Nieves decidió probar la ciudadanía por inversión. Al principio se apuntaron pocos, pero, en años recientes, como buena parte el mundo implosionando, el programa ha atraído un mayor interés.
La forma en que funciona es que un solicitante puede o bien comprar su ciudadanía (la aprobación tarda solo un mes o dos) por 250.000$ o puede comprar inmuebles sobre plano por 400.000$ o más. Dado su éxito reciente, otras naciones insulares han saltado a bordo, ofreciendo sus propios programas… y aquí es donde la cosa se pone interesante.
Tan pronto como ocho o diez naciones insulares estén ofreciendo programas similares, será una norma de ciudadanía para el Caribe. Y, por supuesto, eso significará que se desarrollará competencia, Con muchos países entre los que elegir, los precios tendrán que bajar. En algún punto, los líderes nacionales tratarán de aumentar las ventas brutas rebajando el precio de venta. Mientras que 400.000$ está fuera del alcance de la mayoría de los que sueñan con comprar un pasaporte alternativo, habrá muchos más poseedores por 200.000$ e incluso 2100.000$, pero creo que el precio mágico sería de 50.000$. A ese precio, cientos de miles de pretendientes de segundos pasaportes saltarán a bordo. De hecho, muchos comprarían pasaportes de varias islas. (Si un pasaporte de recambio es bueno, múltiples pasaportes de recambios es mejor).
¿Pero por qué hay ya disponibles pasaportes “de oferta”? Por mi propia experiencia como natural de las Indias Occidentales, esto se debe al hecho de que nuestros líderes políticos a menudo temen una entrada excesiva de nuevos votantes. Se sienten más seguros atrayendo a los nativos y les preocupa que el equilibrio electoral se vea afectado y les cueste sus escaños en futuras elecciones.
Aun así, muchos países de las Indias Occidentales ya tienen leyes que limitan los derechos de los nuevos ciudadanos (considerando especialmente el derecho a ser elegidos para cargos públicos). Hasta ahora, ninguno de estos países se ha dado cuenta de que una ciudadanía sin derecho a votar es una solución sencilla. Una vez descubran esta nueva categoría de ciudadano, podremos ver una gran caída en el coste de ciudadanía y un gran aumento en el número de solicitantes.
Actualmente, los planes de pasaportes han atraído a rusos, canadienses, gente de Oriente Medio, chinos y cada vez más estadounidenses. Actualmente, EEUU es el principal objetor a la ciudadanía por inversión, describiendo su propósito como “proporcionar cobertura para delitos financieros”. Sin embargo, más de un centenar de otros países, incluyendo la mayoría de los europeos, aceptan los pasaportes y EEUU está en este caso en gran minoría.
Es algo a seguir atentamente. Históricamente, siempre que los gobiernos han puesto presión sobre las libertades de sus ciudadanos, estos han reaccionado tratando de escabullirse. La presión en muchos países está actualmente en su punto máximo y mucha, mucha gente está votando sus pies. Siempre habrá compradores en el mundo cuando esto ocurra y, en el Caribe, las oportunidades para tener más libertad están aumentando enormemente.
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