Justicia en el anarcocapitalismo

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Estaba discutiendo con algunos amigos liberales ayer sobre la legitimidad del estado y la viabilidad de un orden social anarcocapitalista, un orden social basado en la soberanía absoluta del individuo, en el cual no existe un estado que ejerza un monopolio sobre el uso de la violencia institucional. En medio de la discusión surgieron varias preguntas u objeciones en contra de la idea de este sistema social, las cuales me parecen que han sido refutadas o al menos discutidas satisfactoriamente en un artículo que publiqué en octubre de 2004 titulado Anarquismo libertario: Respuestas a diez objeciones, una traducción de la transcripción de una charla dada por Roderick T. Long en el Instituto Ludwig von Mises.

Aquí quiero discutir brevemente cómo podría funcionar un sistema de justicia sin estado, porque una persona simplemente me dijo que él no se podía imaginar tal cosa. Y no es raro, a mi me debe haber tomado unos dos años en convencerme de que la idea es viable y no sólo eso, sino de que es el único sistema que en última instancia es compatible con una sociedad libre y próspera.

Lo primero que habría que decir es que un sistema de justicia sin estado podría tomar muchas formas y funcionar de maneras variadas, dependiendo de muchos factores (culturales, históricos, ambientales, etc.) y que no es posible predecir con 100% de certidumbre cuál sería la forma que tal sistema tomaría en una sociedad y momento histórico dado.

Lo que sigue entonces son algunas ideas que provienen básicamente de Hans-Hermann Hoppe y Murray Rothbard. Si usted quiere leer más en detalles sobre estas ideas, puede leer Democracy, The God that FailedThe Myth of National Defense. De Rothbard, el punto de partida sería The Ethics of LibertyFor a New Liberty: The Libertarian Manifesto. Como introducción a las ideas de Hoppe puede leer La falacia de los bienes públicos y la producción de seguridad.

Dicho todo lo anterior, ¿cómo funcionaría un sistema de justicia sin estado? Supongamos que hemos logrado la transición hacia la sociedad anarcocapitalista. En esta sociedad no existe el estado, es decir, una institución que ilegítimamente y por la fuerza se adjudica a sí misma un monopolio de la resolución de conflictos. Por el contrario existen múltiples Proveedores de Servicios de Seguridad y Defensa (PSSD). Los PSSD nos lo podemos imaginar como las presentes compañías de seguro, pero con algunas funciones ampliadas.

En el presente una compañía de seguro se encarga de colectar contribuciones de un grupo de gente e indemnizar a las víctimas de eventos catastróficos, tales como accidentes o catástrofes naturales. Los PSSDs serían compañías de seguro que, además de lo anterior, indemnizarían a las víctimas de crímenes o actos de fraude. Si yo pago una póliza de seguros de la compañía Seguridad y Defensa Personal S.A. y soy víctima de un robo, la compañía estaría en la obligación de compensarme por mi pérdida. La compañía, por otro lado, no querría que estas compensaciones se acumularan, so pena de ir a la quiebra, por lo cual estaría en su interés perseguir al criminal y recuperar la propiedad robada o, en caso que dicha propiedad no pueda ser recuperada, hacer al criminal pagar por la pérdida causada.

La justicia en la sociedad anarcocapitalista sería entonces más orientada hacia la restitución de las víctimas, al contrario de la situación actual en la que el estado mete preso al criminal y no compensa a la víctima, la cual se ve forzada (por medio del pago de impuestos) a financiar la estadía del ladrón en la cárcel.

En los casos en los que no está claro si un crimen ha sido cometido, pero de todas formas existe una disputa sobre los términos de un contrato, es decir, alguien es acusado de una estafa, por ejemplo, los PSSDs tendrían que contratar a árbitros independientes para resolver dichas disputas cuando ambas partes no tienen pólizas de la misma compañía. En el caso en que ambas partes en la disputa son clientes del mismo PSSD, éste mismo resolvería la disputa. ¿Cómo se harían cumplir los veredictos de estos árbitros?

Es posible imaginar sistemas basados en el uso de la violencia por parte de los PSSD en contra de los infractores de veredictos, pero también es posible que se desarrollaran sistemas basados en las amenazas de boicot o de ostracismo comercial.

El árbitro emitiría un veredicto y si yo me niego a cumplirlo, el árbitro haría publicidad de mi negativa. Los afiliados al PSSD recibirían noticia de que no es aconsejable hacer negocios conmigo, porque en caso de disputas no pueden contar con que yo cumpla con los veredictos emitidos por árbitros independientes. En consecuencia, el costo de las pólizas de todos aquellos que decidieran hacer negocios conmigo (a pesar de la advertencia) serían más altos o la aseguradora podría negarse a cubrir las potenciales pérdidas incurridas por estos al hacer negocios conmigo, en cuyo caso el nivel de riesgo aumentaría.

El prospecto de ser rechazado en masa con todas las pérdidas que eso podría causar sobre mi bienestar económico y sobre mi estatus social dentro de la comunidad sería una presión formidable en la mayoría de los casos. Y si usted cree que este método de hacer cumplir contratos y veredictos sería demasiado débil, imagínese tratando de sobrevivir en una comunidad donde una gran parte de la población y de los empresarios no quieren saber nada de usted por ser mala paga.

En resumen, un sistema social sin la presencia de un estado sería perfectamente capaz de impartir justicia, mediante la utilización del arbitraje independiente, dentro de un marco de competencia libre por la preferencia voluntaria de los clientes individuales y sus proveedores de servicios de seguridad y defensa.


 

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