¿Los “big data” harían posible una economía planificada centralizadamente?

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Muchos estábamos convencidos de que la idea de la economía planificada centralizadamente estaba completamente enterrada, tanto en la teoría como en la práctica. Hoy la mayoría de los economistas argumentaría que la economía planificada no funciona y en las dos últimas décadas del siglo XX casi todas las economías planificadas se dirigieron hacia economías de mercado.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías como el cloud computing, los big data y la inteligencia artificial, algunas personas empiezan a creer que (con la ayuda de poderosas nuevas tecnologías) podemos lograr finalmente una economía planificada.

En un discurso reciente, Jack Ma, uno de los más famosos empresarios de China y fundador y presidente del consejo del Grupo Alibaba, ha expresado su optimismo con respecto a la futura recuperación de la economía planificada. Declara:

A lo largo de los últimos cien años, siempre hemos creído que la economía de mercado es excelente, pero, en mi opinión, en las próximas tres décadas habrá un cambio importante, la economía planificada se hará cada vez más grande. Como tenemos acceso a todo tipo de datos, podemos ser capaces de encontrar la mano invisible del mercado. (…) en la era de los datos, es como tener una máquina de rayos X y una máquina tomográfica para la economía mundial, así que 30 años después habrá una nueva teoría [sobre economía planificada].

Bueno, como gran sueño romántico de la humanidad (aunque la economía planificada haya fracasado repetidas veces en su funcionamiento mundo real) no me sorprende saber que sigue siendo bastante atractiva para élites sociales como aquella a la que pertenece Jack Ma.

Es verdad, hasta cierto punto, que con el desarrollo de tecnologías, los planificadores centrales ahora pueden obtener más datos e información y que su capacidad para analizar estos datos y la información mejoran también enormemente. Además, en un futuro previsible compra mises habilidades mejoraran aun más. Ma cree que puede alcanzarse en el futuro una economía planificada precisamente porque sus empresas, Taobao y Alipay, están presentes en todas las áreas del comercio electrónico y los pagos en China y por tanto pueden recoger una cantidad enorme de datos de consumo. Para el propio Jack Ma y otros “socialistas técnicos”, esos datos podría ser la piedra angular del funcionamiento de la economía planificada.

Sin embargo, si miramos esto con más detalle, nos damos cuenta de que estos datos son meros: (1) datos basados en tratos reales del pasado, que no pueden usarse para predecir las preferencias de consumo del futuro o (2) datos obtenidos utilizando cuestionarios, que pueden no reflejar las preferencias demostradas reales de los clientes. En todo caso, con las asombrosas nuevas tecnologías, lo que pueden obtener los planificadores centrales sigue siendo un indicio del mundo real, un bello espejismo.

Además, quienes consideran el problema de socialismo como solamente un problema de información no entienden que el problema principal de este reside en la ausencia de precios en una economía planificada centralizadamente. El papel de los precios en una economía de mercado es único porque los precios monetarios ofrecen una herramienta indispensable en el cálculo económico. Como escribe mises en La acción humana:

No se pueden sumar valores o valoraciones. Se pueden sumar precios expresados en términos monetarios, pero no escalas de preferencia.

Con los precios como guía, los empresarios pueden potencialmente buscar beneficios examinando las diferencias entre los precios de mercado de los factores de producción y los precios esperados de los productos finales. Así pueden organizar la producción de acuerdo con ello.

Por tanto, aunque tengamos ya algunos datos excelentes, sin este mecanismo del precio de mercado no es posible ni el cálculo económico ni la asignación eficiente de recursos: la economía planificada por tanto no es viable. Como racionalmente la planificación o asignación de recursos requiere la capacidad de calcular económicamente, esos cálculos necesitan los precios que pueden determinarse en el mercado por el intercambio en el mundo real de los dueños de propia privada para empezar. Como la economía planificada requiere un control estatal y colectivo de los recursos (y por tanto no deja espacio para estos intercambios necesariamente voluntarios entre propietarios) no puede planificar racionalmente el funcionamiento del sistema económico moderno.

En consecuencia, es teóricamente imposible que en una economía planificada determine los precios necesarios para el cálculo económico. Las tecnologías más avanzadas pueden ayudar a Jack Ma a optimizar sus estrategias en sus empresas privadas en una sociedad relativamente capitalista. Sin embargo, para una economía moderna, mientras no haya precios disponibles sobre los que basar el cálculo económico, del fracaso una economía planificada es inevitable como escribe Joseph Salerno en su epílogo a El cálculo económico en una comunidad socialista:

En ausencia de precios monetarios determinados competitivamente para los factores de producción, la posesión de literalmente todo el conocimiento en el mundo no permitiría a una persona asignar económicamente los recursos productivos dentro de la división social del trabajo.


El artículo original se encuentra aquí.

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