‘La Teoría del Socialismo y el Capitalismo’, de Hans-Hermann Hoppe

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Prólogo de Juan Fernando Carpio 

Cuando se habla de capitalismo y socialismo muchas veces suele asumirse que se trata de caminos alternativos -con sus pros y sus contras; con énfasis radicalmente distintos- para llegar al desarrollo. El profesor Hans-Hermann Hoppe destruye esa noción candorosa -e históricamente desinformada- desde su raíz. Hoppe es un aprovechado discípulo de Murray Rothbard, el gigante austrolibertario alumno de Ludgwig von Mises, y a la vez de Jürgen Habermas, el demócrata de izquierda de sobradas credenciales en su corriente; y es (Hoppe) un filósofo, sociólogo y economista original por derecho propio. La raíz que ataca en este libro es doble: la paz y la cooperación civilizada como ejes para evaluar cualquier sistema social. Partiendo de principios praxeológicos -como aventajado seguidor de Mises que es- deduce la ética de la esencia de propia la interacción humana, de un acto tan elemental como actuar y comunicarse con otros. Así define para nosotros las nociones de propiedad (y autopropiedad, para empezar) justa vs. agresión para demostrarnos cómo es que hay sistemas sociales más connaturales a la naturaleza (de la acción y comunicación) humana o definitivamente reñidos con ella. Y así, pasa a definir qué es capitalismo y qué es socialismo sin justificar los medios por los fines y con un rigor muy, muy lejano de la propaganda socialista de los últimos cien años al respecto.

Por medio de una descollante aplicación de la teoría de la preferencia temporal de Eugen von Böhm-Bawerk -maestro de Mises- el profesor Hoppe nos enseña que podemos distinguir -al menos- cuatro tipos de socialismo:

1. Socialismo de estilo soviético
2. Socialismo socialdemócrata
3. Socialismo conservador (o feudal)
4. Socialismo tecnocrático (o “neoliberal”)

En su análisis, nos explica cómo afecta cada variante de socialismo a la prosperidad relativa de un país pero sobre todo y como causa previa, al carácter ético de una sociedad frente a asuntos como el cuidado de las cosas, el cuidado y cultivo de uno mismo (decisiones personales de inversión vs. consumo), la tendencia a construir y emprender vs. la de parasitar de otros y dejar las cosas destruirse lentamente. En otras palabras, Hoppe nos da una lección bastante completa -aunque abre a la vez un campo de estudio para continuadores de su obra para pulirla y corregirla- en sociología del tiempo y la civilización. Mediante el análisis comparado entre distintos sistemas sociales -los cuatro socialismos y el capitalismo auténtico- el autor nos explica por qué necesariamente y en base a principios inexorables de la acción humana, los sistemas totalitarios siempre vieron altísimas tasas de suicidio, abuso de sustancias y desidia cultural. Y cómo mientras más socialista una sociedad, mayor grado de erosión social habrá, muy al margen de la solidaridad por razones de estricta supervivencia que coexista con ello. No sólo logra eso Hoppe de forma contundente y elegantemente sino que además nos explica qué grupos de presión se hallan detrás de cada medida socialista -la mayoría de países en la actualidad combina medidas de los cuatro socialismos, fruto de iniciativas y presiones en muy distintos momentos ideológicos. Una vez expuesto quiénes están detrás de una medida intervencionista (un impuesto en particular, un control de precios, una medida arancelaria, un área X totalmente estatizada o concesionada) Hoppe nos explica quién sale perjudicado. Para ello utiliza el método teórico de Mises y el histórico de Rothbard explicando cómo racionalizan los planificadores sociales o sus favorecidos rentistas cada medida, pero además responde con límpida suspicacia a la pregunta clave: Cui bono? (¿quién se beneficia?). Sólo así podemos entender los efectos de las medidas y a quién benefician a costa de quién en las sociedades humanas. Desde luego el efecto neto es la pobreza relativa.

Una vez planteado el panorama comparativo, Hoppe nos explica por qué el capitalismo es el único sistema social moramente defendible y en contraste por qué el socialismo es simple y llanamente indefendible. Pero si la ética no da para justificar el socialismo, ¿por qué existe desde su propia raíz, el Estado? ¿Por qué hemos permitido aparecer y prosperar a ese monopolista arbitrario de las decisiones judiciales? ¿Por qué permitimos que exista tal agencia que nos fuerza a una relación contractual unilateral -en atribuciones y precio a pagar por sus “servicios”- con ella?
Hoppe nos explica de forma potentísma que hay un trabajo muy elaborado de propaganda que busca la complicidad pasiva de la sociedad a cuentas de que no hay alternativa.
Es por eso que a continuación, Hoppe nos expone la superioridad de la rivalidad empresarial en responsabilidad, alternativas y costo frente a cualquier monopolio. Sí, incluso el de servicios de gobierno (seguridad, justicia) que conocemos como “Estado”. Hoppe demuele la idea de que sea necesario que estén en manos monopólicas y como acto final -y a capítulo seguido- el autor destruye la noción pigouviana-samuelsoniana de bienes públicos y la reemplaza por una mucho más realista -y sin forzar a beneficiarios y no beneficiarios- que debería conocerse de ahora en adelante como coaseana-hoppeana. De este modo Hoppe no sólo ha planteado las bases del análisis ético-económico para individuos y grupos en la sociología del tiempo y la civilización sino que las aplicado para analizar brillantemente sistemas político-económicos comparados. Finalmente no se queda ahí sino que cierra planteándonos un orden humano plenamente ético de carácter capitalista mientras echa por la borda las objeciones más usuales y -como el lector podrá verificar por sí mismo- bastante más prejuiciosas que rigurosamente fundamentadas.

Dicho esto, invito al lector a sumergirse en esta obra de Hoppe, tan pionera como síntesis de hallazgos de algunas de las mejores mentes del siglo XX. Si un libro puede desnudar las falacias y propagandas sobre el socialismo y el capitalismo vertidas sobre nosotros durante los últimos cien años, es justamente “La Teoría del Socialismo y el Capitalismo” de Hans-Hermann Hoppe, estimado lector. Es quizás, dado cierto interés del lector por la ética, la paz y la civilización, el mejor antídoto contra Marx y las falacias de su corriente impregnadas hace mucho en intelectuales de todas las tendencias. Este libro vale la pena pero sacudirá sin duda más de un prejuicio largamente repetido. Queda usted claramente advertido.

Juan Fernando Carpio
Profesor USFQ – Ecuador
www.jfcarpio.com

Publicado 6th September 2013 por Editorial Innisfree

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