No puede ser. Estos keynesianos nunca aprenden nada. Frédéric Bastiat demostró en 1850 la estupidez de esta forma de pensar explicada por él como “La falacia de la ventana rota” (Ce qu’on voit et ce qu’on ne voit pas, “Lo que vemos y lo que no vemos”) para ilustrar la idea de los costes escondidos, hoy más conocidos como costes de oportunidad.
Bastiat pone el ejemplo de un niño que rompe el cristal de un comercio. Al principio, todo el mundo simpatiza con el comerciante, pero pronto empiezan a sugerir que el cristal roto beneficia al cristalero, que comprará pan con ese ingreso, beneficiando al panadero, quien comprará zapatos, beneficiando al zapatero, etc. Finalmente la gente llega a la conclusión de que el niño no es culpable de vandalismo, sino que ha hecho un favor a la sociedad, creando beneficio para toda la industria.
La falacia de este argumento consiste en que considera los beneficios del cristal roto, pero ignora los costes escondidos; el comerciante está obligado a comprar una ventana nueva, cuando quizás hubiera preferido comprar pan, beneficiando al panadero. Al final, mirando el conjunto, se ha perdido el valor de un cristal. La conclusión es que “la sociedad pierde el valor de los objetos inútilmente destruidos” y que “la destrucción no es beneficio”.
Construir a pedradas
El razonamiento sencillo y contundente de Bastiat excede a la capacidad de mentes tan deformadas como la de Michael Feroli, economista en jefe de JPMorgan, quien se aventó la puntada de graznar que la inundación de Houston, que causó unos $160,000 millones de dólares en daños residenciales, comerciales e industriales, ¡es una bendición disfrazada! Y es que exigirá un crecimiento del PIB para reconstruir lo destruido. Habrá que llevarle ofrendas a Neptuno, supongo. ¿O a Tláloc? ¿O a Pariacaca, dios de las lluvias torrenciales en la mitología inca?
Don Michael (but of course PhD en economía, New York University) dijo: “Como regla general, los huracanes tienden a ser una fuerza depresiva en el corto plazo, pero a mediano plazo son un estímulo para la actividad económica”. De modo que don Michael demuestra tener los merecimientos para ser el próximo jefe de la FED (donde ya trabajó de 2002 a 2006), sobre todo ahora que el heredero natural de la abuelita Yellen, el vicemandamás Stanley Fischer, ya decidió bajarse corriendo de ese barco que se hunde.
¡Coño, ya tengo la solución perfecta a todos los problemas económicos de la humanidad! ¿Cómo no le ha ocurrido antes a algún rotoventanólogo brillante como Larry Summers, Paul Krugman, Joseph Stiglitz o alguna otra mente privilegiada? Vamos a lanzar bombas nucleares en toda la superficie de la tierra y destruyamos cuanto hoy existe. De este modo garantizamos que en los próximos 100 o 1,000 años todos los seres humanos sobrevivientes (si los hay), lograrán crecimientos económicos enormes. (Le regalo esta idea genial a algún estudiante de Yale-Harvard-MIT que ahora esté escogiendo su tema de tesis doctoral).
Siguiendo a don Michael, oj-Aláh le serie de huracanes disparados contra EUA por la ametralladora climática emplazada en Cabo Verde (Harvey-Irma-José-etc.) cause una gran devastación en la costa este de EUA, desde Florida hasta Maine. ¿Te imaginas el gran impulso que eso dará a la actividad económica de EUA? ¡Ese sí será un auténtico estímulo económico! Cierto, quizá costará algunos muertitos. Pero no importa, dicen los agudos rotoventanólogos, tanto los muertitos como las casas-autos-calles-postes-fábricas-granjas-hoteles-refinerías-plataformas-etc. destruidas son meros daños colaterales, costos menores de un bien mayor, ese bien supremo llamado PIB.
Huracanes de tipo Cabo Verde
Le referencia a este sitio es porque ahí se originan los huracanes que rutinariamente azotan la costa este de Centro y Norteamérica. Wikipedia: “La península de Cabo Verde es la parte más occidental del continente africano. Se trata de un promontorio rocoso que se extiende desde las zonas arenosas de Senegal. Un huracán de tipo Cabo Verde o huracán CV es un huracán del océano Atlántico que se desarrolla en la zona de las islas de Cabo Verde, a unos 600 kilómetros al oeste de la costa de Senegal en el África occidental. La temporada de huracanes promedio tiene alrededor de dos huracanes CV, los que suelen ser las tormentas más intensas de su temporada, ya que disponen de una amplia superficie oceánica abierta donde desarrollarse antes de encontrarse con tierra. Este tipo de huracán se desarrolla típicamente a partir de las ondas tropicales que se forman en la sabana africana durante la estación lluviosa y que luego se mueven hacia las estepas. Estas perturbaciones atmosféricas se mueven hacia el océano Atlántico y se transforman en ciclones tropicales cerca de las Islas de Cabo Verde, usualmente entre agosto y septiembre”.
¿Dos huracanes nada más por año, dice Wikipedia? Hasta el momento van tres y al parecer todavía hay más. Y no han sido simples “tormentas intensas”, sino monstruos inéditos. En fin, entiendo que hay al menos tres teorías que pretenden explicar este salto cuántico de potencial destructivo. Una, una voluntad muy poderosa (Dios, Gaia, Karma, etc.) está muy enojada con la humanidad (no sé por qué, si somos una chulada de especie) y comienza a lanzarnos castigos (dosificados para darnos tiempo de arrepentirnos). Dos, es una clara manifestación del calentamiento global-cambio climático (o el nombre que le ponga hoy Al Gore a esa vacilada pseudocientífica). Tres, los illuminatis-globalistas continúan con su plan de reducir la población mundial en 93%, de los 7,000 millones actuales a los 500 millones estipulados en las Georgia Guidestones, y para ello recurren a la tecnología HAARP que tan bien se presta para hacer travesuras anónimas.
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