Después de las elecciones alemanas realizadas el 23 de septiembre, el euro inició un declive pronunciado. ¿Pero por qué se produjo esa abrupta caída de la divisa común?
Finalmente, el resultado de las elecciones no parece haber traído cambios radicales. A pesar de sus pérdidas, el partido de Merkel, la CDU, sigue siendo la fuerza principal del parlamento. Merkel continuará siendo la canciller alemana. Es verdad que la AfD (Alternativa por Alemania), con una rama nacionalista y otra libertaria, obtuvo un espectacular 12,6% de los votos y entró en el parlamento por primera vez. Sin embargo, la euro-crítica AfD está a años luz de ser parte del gobierno. Todos los demás partidos la mantienen en el ostracismo supuestamente por ser extremista.
El próximo gobierno alemán probablemente esté formado por una coalición “Jamaica”, de CDU, FDP (liberales) y Verdes, porque los socialdemócratas (SPD) hasta ahora en el gobierno renunciarán a intentar renovar su coalición con Merkel.
Un entonces y Merkel sigue siendo canciller, ¿por qué se ha producido un desplome tan grande del euro tras las elecciones? La respuesta está relacionada con el discurso del presidente francés Emmanuel Macron solo dos días después de las elecciones alemanas, en el que este argumentaba favor de una refundación de Europa. Entre otras propuestas, Macron reclamaba un impuesto europeo a las transacciones financieras y la armonización de los impuestos de la seguridad social y corporativo dentro de la Unión Europea. Sus propuestas estatistas también incluyen un presupuesto común para los diecinueve miembros de la Eurozona, así como un ministro de finanzas de la Eurozona y buscar algún tipo de gravamen paneuropeo.
¿Por qué esperó Macron a dar este discurso hasta después de las elecciones alemanas? La respuesta está clara. Una buena parte de la población alemana está en contra de un superestado europeo y de la transferencia de soberanía a Bruselas que defiende Macron. Si Macron hubiera dado este discurso antes de las elecciones, Merkel hubiera tenido que reaccionar a él. Si hubiera aprobado los planes de Macron, es muy probable que hubiera perdido muchos más votos. Como Macron esperaba resistencia de los votantes alemanes, esperó. Estaba especulando con una coalición renovada a favor de la UE de la SPD con Merkel para impulsar su programa. Temía correctamente la entrada del FDP en el gobierno. Según Le Monde, Macron dijo en julio: “Si se alía con el FDP, estoy muerto”.
Su temor tiene fundamento. En el programa de partido del FDP encontramos una reclamación para limitar los rescates en la Eurozona y para introducir un procedimiento de quiebra soberana para la Eurozona, así como una firme oposición a los eurobonos y una solicitud de desregulación del mercado.
Si el FDP entra en el gobierno alemán, los planes de más centralización, rescates y un superestado europeo sufrirán un gran revés. Y esta es la razón por la que el euro se ha desplomado después de las elecciones y por la que las acciones de la banca griega se desplomaron en septiembre.
En el euro se valora la expectativa de que habrá más centralización en la UE y de que los alemanes rescatarán a los gobiernos excesivamente endeudados. La relación entre deuda pública y PIB en Francia, España, Italia y Grecia estaba en el 96%, 99%, 132% y 179% respectivamente en 2016. Si estos países impagaran sus deudas, arrastrarían a sus respectivos sectores bancarios con ellos. Las pérdidas para el BCE serían enormes. El euro estallaría.
Durante años los gobiernos europeos han aplazado una solución aumentando sus deudas gracias a las políticas monetarias extremadamente expansionistas del BCE. Los problemas estructurales, como los gobiernos sobreendeudados, los tamaños de burbuja de los sectores públicos, los sectores bancarios cargados de deuda pública insolvente o los mercados laborales inflexibles, no se han resuelto. De hecho, las políticas del BCE permitían retrasar la solución estos problemas. Una vez el BCE normalice su política y los tipos de interés vuelvan a un nivel más normal, será el final de la partida para los países altamente endeudados. Alguien tendrá que pagar las facturas. Los mercados piensan que será Alemania. O, dicho de otra manera: Antes de que pueda normalizarse la postura de la política monetaria del BCE, debe asegurarse la socialización de las deudas europeas.
Hoy es básicamente el apoyo alemán el que mantiene a flote a los gobiernos sobreendeudados. La expectativa de centralización, socialización de la deuda y un superestado europeo es la que mantiene vivo al euro. La expectativa de Macron y los participantes del mercado de que son inminentes más pasos centralizadores después de las elecciones alemanes se ha convertido menos probable desde el 23 de septiembre, por la posible entrada del FDP en el gobierno.
El artículo original se encuentra aquí.