Está muerta. No, Internet, no. Después de meses de desafíos legales, reacciones públicas violentas y demócratas tratando de revocarla, la derogación de la neutralidad de la red se ha completado por fin. Ahora podéis contar hasta tres y esperar a gente como John Oliver y el senador Bernie Sanders declaren histéricamente (una vez más) que Internet está desapareciendo y que la única página web a la que vamos a acceder gratuitamente es DonaldJTrump.com.
El presidente de la FCC, Ajit Pai, defendía la acción en un artículo de opinión en CNET, explicando que la desregulación ahora estimulará la innovación y la inversión. La Federal Communications Commission (FCC) rescindía oficialmente la ley que fue aprobada por el anterior presidente Brack Obama en 2015. Las normas ordenaban que los proveedores de servicios de Internet (PSI) dieran un acceso igual a todos al contenido web, sin ofrecer un tratamiento personal o cobrar un importe extra por cierto contenido.
En 2015, la FCC le quitó a la FTC (la principal agencia de protección al consumidor de la nación) su autoridad sobre los proveedores de servicios de Internet. Era una pérdida para los consumidores y un error que hemos corregido. A partir del lunes, la FTC será de nuevo capaz de proteger coherentemente a los estadounidenses en la economía de Internet y la FCC trabajará de la mano con sus socios de la FTC para hacer exactamente eso.
Ojo a las teorías de la conspiración y los escenarios apocalípticos: los PSI bloquearían contenido, ahogarían sitios web y tratarían de apoderarse del mundo.
Los defensores de la neutralidad de la red a menudo advierten acerca de que los proveedores de banda ancha venderían Internet por lotes. Por ejemplo, bajo un sistema de lotes, los clientes pagarían una prima para acceder a sitios web de streaming, como Amazon Video, Netflix o Hulu. Esto no ha pasdo antes y no va a pasar después.
De hecho, lo que ocurrió en su lugar fue un declive en las inversiones en redes de banda ancha: la primera vez en la historia. ¿Pero a quién le importan los que residen en comunidades locales donde el acceso en línea es limitado? ¡De todos modos, son un puñado de despreciables que solo usan Internet para armas de fuego, pornografía y artículos religiosos de Matt Walsh!
El estado queda a cargo de la neutralidad de la red
La norma errónea podría estar acabada a nivel federal, pero los estados izquierdistas podrían mantenerla viva. Los gobernadores demócratas están adoptando de nuevo la Décima Enmienda (¿no se suponía que era racista?) Están implantando sus propias versiones de la neutralidad en la red.
Desafiando a la FCC de Trump, más de dos docenas de estados han propuesto legislación que siguen el modelo de la neutralidad en la red. Los legisladores estatales sostienen ahora que es su responsabilidad regular el sector y asegurarse de que hay una Internet abierta y libre, porque las regulaciones son la única manera de garantizar la libertad.
Oregon y Washington han aprobado legislación, mientras que California está a punto de aprobar una propuesta. Otros estados están sopesando la implantación de órdenes ejecutivas que restrinjan que dichos estados trabajen con empresas de banda ancha que no respeten el concepto rudimentario de neutralidad en la red.
El sector tecnológico está trabajando actualmente con algunos republicanos para proponer un reemplazo que mantenga algunos de los principios detrás de la neutralidad en la red. Haciendo esto, dicen sus defensores, al menos eliminaríamos la incertidumbre de si los PSI están instalando o no líneas rápidas digitales.
Internet sigue aquí
Los rumores de la muerte de internet se han exagerado enormemente. Sí, internet sigue aquí; Pai en no la mató con sus propias manos.
Usar Twitter no te va a costar 4,99$ al mes, las maratones no conllevarán un cargo adicional mensual de 9,99$ y quejarse acerca de la manera en que está siendo utilizado el cátcher Blake Swihart, de los Boston Red Sox, no supondrá una tasa anual de 99,99$. Nada ha cambiado.
A pesar de las encuestas destacando el amplio apoyo a la neutralidad en la red, la historia ha demostrado que la regulación engreda regulación y que los únicos que se benefician de la intervención pública son los intereses especiales: en este caso, Facebook y Google. No es la mejor compañía a mantener.
El artículo original se encuentra aquí.