Acabando con el cártel educativo

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Toda sociedad tiene ritos de paso. Si se quiere empezar a entender cualquier sociedad, hay que estudiar sus ritos de paso.

En el occidente cristiano, hay tres ritos reconocidos de paso: bautismo, matrimonio y funeral. Evidentemente, un funeral es un rito de paso para los supervivientes. Nadie lleva ropa de calle (salvo la ropa de calle de los sepultureros) cuando otro le invita a uno de estos ritos de paso.

Cada sociedad tiene ritos de paso adicionales. Habitualmente hay un rito asociado con el paso de niño a adulto. Me gustan los cuentos de Jean Shepherd, que escribió A Christmas Story. Creo que el mejor fue “Wanda Hickey’s Night of Golden Memories”. En él establecía la relación entre un rito tribal de paso para jóvenes y la fiesta de graduación.

Ritos de escuela frente a derechos de los padres

Uno de los ritos de paso que aparentemente soy el único que ha apreciado es lo que llamo el ritual de la llave del dormitorio. Cuando un padre lleva a su hijo a registrarse en una residencia universitaria, la persona del mostrador entrega la llave del cuarto al nuevo alumno, no al padre. El padre paga la habitación, pero el estudiante recibe la llave. Se den cuenta o no los padres, este es uno de los ritos de paso más importantes para aproximadamente un tercio de la población estadounidense.

Un rito de paso más importante para la mayoría de las familias es este: apuntarse al jardín de infancia. El padre tiene que llevar al hijo a la escuela para apuntarlo. Pero este no es el rito principal. El rito principal es el rito del autobús escolar. En la mañana del primer día de escuela del niño, los padres lo llevan a la parada y la madre ve a su hijo subirse al autobús escolar, posiblemente llorando. Me refiero tanto al niño como a la madre. El autobús escolar amarillo es tan propio del estado como el autobús blanco para el prisionero que va la cárcel. Escribí acerca de esto en 2004. Se puede leer mi artículo aquí.

¿Por qué hacen esto los padres? En Estados Unidos, a principios del siglo XIX, no había obligación de que los padres enviaron a sus hijos a la escuela. Hasta después de la Guerra de Secesión, los sureños que querían que sus hijos tuvieran una buena educación contrataban a tutores. Había algunas escuelas, pero no muchas. Los padres estaban a cargo de la selección del tutor. Pero solo las familias ricas podían permitirse esto. Otras familias contrataban a tutores a través del gobierno civil local. La asistencia no era obligatoria, salvo en Nueva Inglaterra, pero el estado estaba a cargo de la educación de los niños.

No hay nada inherente en la reclamación del estado de su derecho a educar niños. Se remonta a la burocracia de Babilonia, en la que el rey Nabucodonosor tenía una jerarquía de educadores que aseguraba que se educaba a los jóvenes mejores y más brillantes, que representaban a las naciones conquistadas. El primer capítulo del libro de Daniel trata de este sistema. Estaba relacionado con el imperio.

El atractivo de la certificación

¿Por qué toleran esto los padres? Porque quieren que sus hijos tengan certificados. Quieren que sus hijos tengan acceso a carreras que están disponibles sobre todo o únicamente para personas que han pasado un proceso formal de certificación académica. Este proceso de certificación da autoridad a la escuela con respecto a lo que se enseña a los niños. Esto transfiere la autoridad de la familia al estado.

Los padres no tienen ningún control acerca del contenido de la educación formal, salvo en raras circunstancias. No tienen ningún control tampoco sobre la metodología de formación. Entregan mansamente a sus hijos a los edúcratas.

El movimiento estadounidense de educación en casa a lo largo de la última generación ha empezado a absorber tal vez al 5% de los jóvenes. Es un movimiento en dirección a la libertad. Los padres controlan los materiales del programa que adoptan. Es una transferencia de autoridad de vuelta a las familias. Las familias pagan por la educación que quieren para sus hijos.

Este control acaba en la universidad. Aquí es donde resulta importante el ritual de la llave del dormitorio. Es el símbolo de la transferencia de autoridad sobre las mentes de los hijos desde los padres a quienquiera que controle el programa de la universidad. Debido a la acreditación regional y las leyes estatales contra el uso de la palabra “universidad”, los edúcratas tienen algo que se aproxima al monopolio sobre los últimos años de educación. Incluso los padres de la educación en casa entregan a sus hijos a las universidades al final del proceso. Se lavan las manos. Se rinden. Dejan de luchar. Las iglesias no han intervenido para ayudar a los padres. Ha habido escuelas parroquiales en círculos católicos en Estados Unidos desde mediados del siglo XIX hasta hoy. Pero, después de 1980, los obispos empezaron a cerrar las escuelas. Son caras. Los obispos eran parte del movimiento del Vaticano II. Empezaron a abandonar la idea de que tuvieran alguna responsabilidad real sobre la educación de los parroquianos. El dinero se usó para otros fines.

El que paga al músico escucha dócilmente

Normalmente, el que paga al músico elige la canción. Esto no ha sido así en la educación, especialmente en la educación superior, desde el siglo XII. Los padres han pagado la educación de sus hijos, pero no han tratado de controlar el contenido del programa.

En el Occidente medieval, la iglesia estaba oficialmente a cargo de la educación superior, pero no ejercía mucha autoridad. Oficialmente, la mayoría de los profesores eran sacerdotes. Al estar ordenados por la iglesia, los sacerdotes tenían que estar sometidos a la iglesia. Pero en realidad estaban sometidos a la universidad local que los había contratado. La universidad reclamaba igual autoridad que la iglesia. Por eso profesores y alumnos vestían ropas negras. Era para mostrar igualdad de estatus. Era para mostrar que el sistema universitario tenía igual autoridad que el sacerdocio. Los sacerdotes también vestían ropas negras.

Sacerdotes y profesores reclamaban igual autoridad que los jueces del gobierno civil. Y la universidad se incluía en la alianza entre iglesia y estado. Reclamaba una jurisdicción legal independiente. Por eso John Wycliffe fue capaz de sobrevivir a las presiones de la iglesia. Enseñaba en Oxford. Así fue como Lutero sobrevivió a la presión de la jerarquía católica. Tenía el apoyo del príncipe local, cuyo dinero creó la universidad de Wurtemberg.

Eludiendo la burocracia educativa

Ahora es posible empezar a recuperar algún grado de control acerca del contenido de la educación universitaria. Los edúcratas han aceptado esto institucionalmente, pero los padres todavía no se han dado cuenta. Tampoco tienen iglesias, sinagogas ni mezquitas.

Ahora hay un pequeño punto flaco en el sistema universitario. Es el sistema de exámenes conocido como crédito universitario en el instituto. Hay tres sistemas de examen: CLEP, AP y DSST. Estos exámenes permiten a los jóvenes que todavía están en el instituto realizar un examen, recibir los resultados y obtener créditos para cursos universitarios por encima de una nota concreta. Esto ahorra a los padres al menos el 40% de la factura de la universidad. Si los padres apuntan a sus hijos a un programa de educación a distancia, no tienen que pagar alojamiento ni manutención. Esto puede reducir los costes de la universidad más del 90%. No lo hacen muchos padres, pero ahora es legalmente posible.

Los exámenes no tienen que implicar instrucción en el aula, aunque los cursos AP se enseñan en institutos. El estudiante nunca se sienta delante de un profesor universitario, ni literal ni figuradamente. Si puede aprobar el examen, creado por un comité y puntuado por algoritmos, puede escapar al adoctrinamiento del aula universitaria.

Los exámenes cubren lo que se considera básico de una disciplina académica concreta. El adoctrinamiento continúa, pero se condensa. No es personal. Un profesor no está enseñando a los alumnos. El impacto de las presentaciones en el aula no se manifiesta en el sistema de exámenes.

Ahora hay una gran oportunidad disponible para personas, así como para iglesias y otras organizaciones. Si pueden conseguir profesores competentes capaces de usar tecnología screencast para producir videos de formación, la organización puede crear una universidad virtual.

Funciona así. El instructor de vídeo asigna materiales escritos que cree que apoyan la visión del mundo de la organización que está creando la universidad virtual. Luego el instructor puede seguir un libro básico de texto sobre el tema. Puede ser un libro de texto ya usado. No cuesta 250$. Puede ser de hace tres ediciones y venderse por 25$. El instructor puede asignar una guía de estudio CLEP para el curso concreto. Podría suponer otros 15$ si se compra usada en Amazon. Esta guía resume el material del libro de texto. Se centra en las preguntas que es más probable que se planteen. Probablemente incluya exámenes prácticos. Hay algunos restos de la ideología que gobierna la universidad, pero recordad esto: estos exámenes y guías son revisados por comités. Los libros son insípidos. Sus argumentaciones ponen ser aceptables para mayoría de las personas en el comité de revisión. Es adoctrinamiento light.

El instructor puede seguir el libro de texto y mostrar los supuestos que son erróneos, los hechos que son erróneos y las interpretaciones que son erróneas. El instructor puede poner al alumno en contra del humanismo de la clase. Tiene el control. Estructura las lecciones. Hace las asignaciones de lecturas. Puede incluso tener la capacidad de escribir un libro de texto por sí mismo y ofrecerlo en formato pdf. No hay muchos instructores universitarios dispuestos a hacer esto. Deberían haberlo estado haciendo durante los últimos 200 años, pero no lo han hecho. Pero el instructor de video puede mostrar dónde se equivoca el material que necesitan los alumnos para memorizar y responder a exámenes puntuados por algoritmos. Puede usar el libro de texto para mostrar lo absurdo de cualquier cosa que dicho libro esté tratando de poner en las cabezas de los alumnos. Hay una manera en la que el instructor puede proteger a los alumnos frente al libro de texto.

Ahora hay una posibilidad tecnológica. Puede hacerse a través de YouTube. Los padres pueden asignar estos cursos a sus hijos en entornos de educación en casa. Probablemente tengan que comprar un libro de texto, pero ese es prácticamente el único coste asociado con la instrucción. El instructor en línea hace su trabajo. Los padres pueden ver los vídeos si realmente les preocupa, pero no creo que lo haga la mayoría de ellos. Pero pueden hacerlo.

Como no cuesta dinero iniciar un canal de YouTube o un blog en WordPress.com, cualquier movimiento puede crear hoy su propia universidad virtual. Puede adoptar un programa que permita a los alumnos aprobar los exámenes de sus primeros dos años de universidad. El adoctrinamiento se produce realmente en esos primeros dos años. Es entonces cuando los instructores y la universidad socavan la autoridad y la visión del mundo de los padres. En los cursos de la división superior los instructores suponen que el proceso de adoctrinamiento ya ha completado lo que pretendía completar, es decir, independizar al estudiante de la visión del mundo de sus padres. Los padres han pagado por esto, ya directamente con la matrícula o indirectamente como contribuyentes. Es algo suicida, pero ha sido universal desde que existen universidades. Es parte de la cultura de Occidente transferir a los hijos al control de los edúcratas.

Si las iglesias no se hubieran dormido en los laureles y si los grupos ideológicos tampoco se hubieran dormido en los laureles, habrían empezado a hacer lo que empezó a hacer Salman Khan en 2006. Habrían reclutado a instructores competentes para producir cursos de educación en casa en línea con aproximadamente 180 lecciones por curso, que pueden enviarse gratuitamente a cualquier padre en cualquier lugar del mundo.

Las iglesias no tienen visión. No se dan cuenta de que su visión del mundo se está viendo socavada por la comunidad educativa humanista acreditada.

Las iglesias no quieren verse en vueltas en nada polémico y por tanto que amenace las donaciones. Disciplinas académicas como sociología, filosofía, economía, ciencias políticas, psicología y prácticamente todas las demás ciencias sociales son enormemente polémicas. Las iglesias no se sienten competentes para reclutar hombres que se enfrenten a la ideología reinante en la educación universitaria, ni siquiera con vídeos gratuitos en YouTube. Habrá otros donantes y pastores de formación universitaria en esa religión que acusaran de asesino a alguien que trate de reconstruir una disciplina académica en términos del credo oficial de la iglesia. Esas personas han vivido en un entorno académico seguro durante todas sus carreras. La iglesia no cuestiona lo que enseñan a los alumnos. Los profesores de psicología en universidades cristianas y universidades financiadas por los contribuyentes enseñan una versión de Freud o de Jung o del conductismo. Nada de esto es cristiano. Nada de esto está basado en una ética permanente. Todo esto socava la autoría la familia. Todo esto socava la autoridad la iglesia. Pero la iglesia no hace nada. No ha hecho nada durante 200 años.

 


El artículo original se encuentra aquí.

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