Hoy la administración Trump está anunciando un plan de rescate de 12.000 millones de dólares para los granjeros afectados por la respuesta a los aranceles de la administración Trump. Como informa Político:
El plan de la administración se espera que emplee dos programas de apoyo a productos en el sector agrario, así como la amplia autoridad del Departamento de Agricultura para estabilizar la economía agrícola en tiempos de confusión, comprando los excesos de oferta. También se espera que el plan se centre el proporcionar ayuda al sector lácteo en concreto, dijo una de las fuentes.
Se lleva trabajando meses en el plan. Busca asegurar que los granjeros y rancheros de EEUU (un electorado clave para el presidente Donald Trump y los republicanos) se lleven la peor parte de una escalada en la guerra comercial con China, la Unión Europea y otras grandes economías al seguir la administración una postura agresiva para reequilibrar las relaciones comerciales de Estados Unidos.
Los movimientos de Trump para imponer aranceles a algunos de los mayores compradores a Estados Unidos en el extranjero han motivado represalias contra bienes agropecuarios del país como el porcino, el vacuno, las semillas de soja, el sorgo y diversas frutas. El plan de ayuda comercial de la administración es también un intento de apuntalar el apoyo de una parte del electorado rural con la vista puesta en las próximas elecciones intermedias.
A pesar de la afirmación del presidente de que los aranceles son “lo mejor” y las guerras comerciales son “fáciles de ganar”, las represalias económicas eran fáciles de prever. De hecho, mientras el éxito político de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez han colocado el “socialismo democrático” al corazón del Partido Demócrata, el nacionalismo económico de Trump amenaza con abrir el camino hacia el mismo destino.
Después de todo, los aranceles de Trump no son solo un nuevo impuesto para los estadounidenses, sino una política de elegir directamente ganadores y perdedores en la economía. Por ejemplo, los intereses de los trabajadores del acero se ponen por encima de los intereses de consumidores y granjeros. Esto lleva al gobierno a usar dólares de los contribuyentes para apoyar a los granjeros. Por supuesto, este gasto significa que los consumidores pagadores de impuestos vuelven a verse perjudicados, al ser usados sus dólares para este nuevo programa social.
El intervencionismo estatal no se detiene simplemente aquí. El resultado natural de estas nuevas barreras públicas es que las empresas busquen eludirlas, como con la decisión de Harley de mudar parte de su fabricación a Europa. Por supuesto, esto ha disparado la reacción del presidente Trump, amenazando con represalias por esa mudanza. Como hemos visto una y otra vez, cuanto más profundiza Trump en su apoyo al proteccionismo, más busca interferir con las acciones de las empresas individuales.
In Gobierno omnipotente, Ludwig von Mises escribía:
El proteccionismo actual es un corolario necesario de la política nacional de interferencia pública en los negocios.
También es verdad lo contrario: la política nacional de interferencia pública en los negocios es un corolario necesario del proteccionismo actual.
El resultado es una economía que reemplaza cada vez más al mercado por el control estatal. Precisamente por esto Mises escribía extensamente acerca de cómo el progreso del intervencionismo económico lleva al socialismo. Como escribía en La acción humana:
Todos los tipos de interferencia con los fenómenos del mercado no solo no consiguen alcanzar los fines buscados por sus autores y defensores, sino que producen un estado de cosas que (desde el punto de vista de las valoraciones de sus autores y defensores) es menos deseable que el estado previo de cosas que se pretendía alterar. Si se quiere corregir su manifiesta impropiedad y absurdo complementando las primeras acciones de intervención con más y más acciones de ese tipo, hay que ir cada vez más y más lejos hasta que la economía de mercado se vea completamente destruida y haya sido sustituida por el socialismo.
Por supuesto, los defensores del presidente argumentarán que los aranceles de Trump son sencillamente una táctica de negociación pensada para dar a EEUU “mejores acuerdos comerciales”. El futuro es imposible de predecir, tal vez ese sea el resultado final. Sin embargo, memes acerca de ajedrez en la cuarta dimensión son de poca ayuda para aquellos estadounidenses dañados por la política arancelaria de Trump. Y, cada vez más, la administración Trump ha dado señales de su voluntad de embarcarse en una guerra comercial prolongada.
Esas políticas, a largo plazo, son una amenaza tan grande para la economía estadounidense como las planteadas por los seguidores de Sanders.
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