La muerte de las manufacturas se ha exagerado

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El sector manufacturero de EEUU ha tenido una historia rica, una historia que ha elevado a muchos millones de estadounidenses a la clase media, haciendo de la Tierra de los Libres la nación más envidiada del mundo. Llegas a las ocho para tus diez horas diarias, llevas tu fiambrera y completas un día de trabajo honrado, recibiendo un cheque para comprar esa nueva radio para oír Suspense, un hogar modesto con dos dormitorios y suficiente dinero en efectivo como para comprar a tu hijo los últimos muñecos de indios y vaqueros. El Sueño Americano floreció gracias en parte a las manufacturas.

Hoy, cuando se piensa en las manufacturas de EEUU, es raro pensar en imágenes de una clase media prosperando. Por el contrario, ves en tu cabeza pueblos abandonados, fábricas cerradas y miles de desempleados. El remate son los titulares de prensa que dicen que la empresa está trasladando empleos al extranjero, citando los altos costes laborales, los disparatados precios de la energía y un entorno fiscal no competitivo.

Durante años, los políticos se han llenado la boca con el estímulo de las manufacturas de EEUU, realizando nauseabundas paradas de campaña en Ohio en un año electoral para apañar una foto-editorial conduciendo un Ford o usando una carretilla elevadora. Dicho esto, ha habido dos candidatos políticos que parecieron realmente sinceros con respecto a sus preocupaciones: Ross Perot y el presidente Donald Trump.

Durante las elecciones presidenciales de 1992, el multimillonario candidato independiente advertía a la nación acerca de un “gigantesco ruido de absorción en dirección al sur”. En 2016, el entonces candidato Trump prometía recuperar los trabajos manufactureros tras “una rápida desindustrialización que ha evaporado comunidades enteras”.

Esto puede parecer una explicación realista de lo que está pasando hoy. Sin embargo, los rumores de la muerte de las manufacturas se han exagerado enormemente. El sector en EEUU está vivo y coleando y contribuye inmensamente a las economías nacional y global.

¿Son entonces noticias falsas o una mala lectura de los datos?

Las manufacturas están prosperando en EEUU

La Reserva Federal publicó recientemente varias estadísticas de junio sobre manufacturas y estas están por encima de las previsiones del mercado y han aumentado frente al mes anterior:

  • La producción de las fábricas aumentó un 0,8%.
  • La producción industrial total avanzó un 0,6%.
  • La utilización de capacidad se incrementó hasta el 78%.

Sí, ha habido algunos traspiés a lo largo del camino, pero esta ha sido la norma durante años.

Aunque es verdad que los trabajos en las fábricas han caído en aproximadamente siete millones desde 1979, la producción de manufacturas ha aumentado en más de un quinto desde 2006. De hecho, la producción manufacturera de EEUU, que suma 2,18 billones de dólares es igual a la de Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Corea del Sur e India juntas (2,19 billones de dólares).

En el primer trimestre de 2018, la producción manufacturera nacional llegó a un récord de aproximadamente 2 billones de dólares.

Es posible que agradezcáis al presidente Trump estos resultados, ya que está atacando a las mismas naciones que ostensiblemente roban los empleos estadounidenses. Sin embargo, las manufacturas nacionales no se convirtieron de repente en una fuerza con la que lidiar: han funcionado bien durante mucho tiempo gracias a las mejoras tecnológicas, no debido a una administración republicana o demócrata.

Vemos niveles récord de producción con un número igual o menor de trabajadores en fábricas. La automatización ha complementado el trabajo duro, permitiendo a EEUU producir más con menos coste. Por ejemplo, solían necesitarse 10 horas-hombre para fabricar una tonelada de acero, pero ha caído en picado hasta solo 90 minutos-hombre en el último par de años.

Y la mayoría de los trabajadores de EEUU ya no están confinados en talleres, fabricando camisetas y bolas de navidad. Están fabricando de todo, desde tecnología aeroespacial a sistemas empresariales para servicios financieros. ¿No es mucho mejor esto que la economía de las bolas de navidad al estilo del senador Bernie Sanders?

Haciendo las manufacturas grandes de nuevo

Son descubrimientos que nos confunden, pero oímos habitualmente cómo la nación solo consume y no produce. Incluso los libertarios más eminentes, los defensores de los mercados libres y el libre comercio, aceptan la mentira de que Estados Unidos ya no fabrica nada.

Algunos sectores fluctúan. Algunos sectores mueren. No hay más que observar el sector de la energía para entender cómo operan los mercados: hace cinco años los precios del petróleo se desplomaban, enviando a decenas de miles de personas a la cola del paro. Hoy el barril de petróleo ha llegado a los 70$, devolviendo al trabajo a decenas de miles. Esto es inevitable que ocurra de nuevo.

Hay un par de realidades a afrontar: La automatización desempeñará un papel más importante en las fábricas y cualquier sector pasará por los mejores y los peores tiempos. Los empleos en el sector de la madera se tambalean, pero al sector nacional le va bien debido a esos equipos monstruosos. El carbón se muere porque el gas natural está ocupando su lugar. El sector de los carruajes y los caballos se enfrentó a su desaparición hace un siglo debido al automóvil.

El sector manufacturero estadounidense es tan inmenso que los niveles de producción son tan grandes como los de varias naciones combinadas. Es verdad que puede ser que ya no sean hombres malhumorados vestidos con monos y fumando cigarrillos Camel todo el día, pero sigue siendo la envidia del mundo y seguirá siéndolo durante muchos años.


El artículo original se encuentra aquí.