¿El dinero barato podrá fortalecer a la economía enferma?

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En el artículo del Wall Street Journal del 21 de febrero de 2020 “The Central Bank Advised to Use Tool Kits Aggressively during Trouble” (El Banco Central aconsejó usar agresivamente las herramientas durante los problemas), se sugiere que un grupo de los principales economistas de Wall Street recomienden que los bancos centrales consideren una postura monetaria más agresiva para contrarrestar futuras caídas económicas.

Debido al bajísimo nivel de los tipos de interés en países como los Estados Unidos, los bancos centrales se quedan casi sin municiones para reactivar la demanda general en caso de que estalle la crisis económica, por lo que se mantiene.

Así, durante la crisis económica de 2008, el objetivo de la tasa de los fondos federales se redujo del 5,25% en 2007 al 0,25% en diciembre de 2008, lo que supone una disminución de 500 puntos básicos. Durante el mismo período, el rendimiento del T-Bond estadounidense a diez años cayó del 4,81% al 2,21%, una disminución de 260 puntos básicos.

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Estos expertos sostienen que esta vez, dado el bajo nivel de los tipos de interés, la magnitud de cualquier nueva reducción de los tipos de interés no puede ser la misma y, por lo tanto, es poco probable que genere un estímulo adecuado para mantener fuerte la demanda general de la economía. El objetivo de la tasa de los fondos federales se sitúa actualmente en el 1,25%, mientras que el rendimiento del T-Bond estadounidense a diez años ha caído por debajo del 1%.

Estos expertos aconsejan que los bancos centrales deben planificar la utilización de nuevos instrumentos monetarios si estalla la nueva crisis económica. Entre estas herramientas, la clave es el compromiso de mantener los tipos bajos en el futuro, conocido como orientación a futuro, así como la compra a gran escala de bonos para aliviar los costes de los préstamos empujando mucho dinero a los mercados.

Aunque admiten que no hay suficientes datos históricos para evaluar la eficacia de la capacidad de estos nuevos instrumentos monetarios para reactivar la demanda general durante una crisis económica, los expertos opinan que es probable que una postura monetaria más agresiva sea eficaz para contrarrestar una posible recesión económica futura.

El crecimiento económico y la reserva de ahorro real

Para captar la esencia de lo que significa el crecimiento económico debemos comprender que todas las diversas herramientas y maquinarias que las personas crean tienen un solo propósito, que es poder producir los bienes de consumo final necesarios para mantener y promover la vida y el bienestar de las personas. Para un consumo dado de bienes de consumo final, cuanto mayor sea la producción de estos bienes, mayor será la reserva de ahorros reales.

La cantidad y la calidad de las diversas herramientas y maquinaria (es decir, la infraestructura disponible) limitan la cantidad y la calidad de la producción de bienes de consumo.

Mediante el aumento de la cantidad de herramientas y la introducción de mejores herramientas y maquinaria se puede obtener un mayor rendimiento. El aumento de la cantidad de herramientas y su perfeccionamiento requiere ahorros reales para apoyar a las diversas personas que se dedican a la producción de nuevas herramientas y maquinaria.

Esto significa que a través de un aumento de los ahorros reales se puede construir una mejor infraestructura, sentando las bases para un mayor crecimiento económico.

Según Mises en La acción humana,

La condición sine qua non de cualquier alargamiento del proceso de producción adoptado es el ahorro, es decir, un exceso de producción actual sobre el consumo actual. El ahorro es el primer paso en el camino hacia la mejora del bienestar material y hacia todo progreso ulterior en este sentido.

Un mayor crecimiento económico significa una mayor cantidad de bienes de consumo, lo que a su vez permite un mayor ahorro y también un mayor consumo. Con más ahorros se puede crear una infraestructura aún más avanzada, que a su vez es la base de un mayor fortalecimiento del crecimiento económico.

¿Puede una postura monetaria más agresiva del Banco Central promover el crecimiento económico?

La sugerencia de los principales economistas de Wall Street de que el banco central debería adoptar una postura monetaria más agresiva para proteger la economía no tiene sentido. La opinión de que la reducción de los tipos de interés y la expansión de la oferta monetaria establece la plataforma para el crecimiento económico es errónea.

Los tipos de interés son sólo un indicador, por así decirlo, de las preferencias de los individuos en cuanto al consumo futuro frente al actual. Como indicador, no tienen nada que ver con el crecimiento económico. No causan más o menos inversión, sino que reflejan si para un determinado conjunto de riqueza real los individuos están invirtiendo más o menos. Cualquier política que manipule los tipos de interés distorsiona las señales que los individuos están enviando a las empresas, causando la mala asignación de los ahorros reales y el empobrecimiento económico.

Asimismo, la masa monetaria, al ser el medio de intercambio, sólo puede ayudar a cambiar los bienes de un productor por los de otro. El servicio que presta el dinero como medio de intercambio no tiene nada que ver con la producción de bienes de consumo final. Esto significa que tampoco tiene nada que ver con el ahorro real.

Mientras la tasa de crecimiento de la reserva de ahorro real se mantenga positiva, podrá seguir sosteniendo las actividades productivas y no productivas.

Los problemas surgen, sin embargo, cuando, debido a políticas monetarias y fiscales poco rigurosas, surge una estructura de producción que ata muchos más bienes de consumo de los que libera. (El consumo de bienes de consumo final supera la producción de estos bienes).

Este consumo excesivo en relación con la producción de bienes de consumo conduce a una disminución de la reserva de ahorros reales. Esto a su vez debilita el apoyo a los individuos empleados en las diversas etapas de la estructura de producción, lo que hace que la economía caiga en picado.

Una vez que la economía cae en una recesión como resultado del debilitamiento de la reserva de ahorros reales, cualquier intento del gobierno o del banco central de revivir la economía debe fracasar. Estos intentos no sólo fracasarán para revivir la economía, sino que agotarán aún más la reserva de ahorros reales, prolongando la caída económica.

La disminución del ahorro real pone de manifiesto la naturaleza errónea de la opinión comúnmente aceptada de que las políticas monetarias y fiscales laxas pueden hacer crecer una economía.

La ineficacia de las políticas monetarias y fiscales laxas para generar la ilusión de que las autoridades centrales pueden hacer crecer una economía no tiene nada que ver con la falta de herramientas eficaces. La ineficacia de las políticas es siempre una realidad cuando las autoridades centrales intentan «hacer crecer una economía». La única razón por la que estas políticas parecen «funcionar» es que la reserva de ahorros reales sigue creciendo.

Hacer más agresivas varias políticas monetarias para impulsar el crecimiento económico va a generar los resultados opuestos. Debido a las políticas monetarias agresivas de los bancos centrales nos encontramos en una situación en la que muchos expertos se preguntan por qué la actividad económica no responde como en el pasado.


Fuente.

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