Viviendo fuera del Estado Quo

0

El título de este libro se toma de uno de esos momentos concretos en la vida en que una pequeña frase destruye las convenciones socio-culturales y revela posibilidades completamente nuevas. Cuento aquí la historia en el ensayo sobre beber por las mañanas.

Un gran erudito y caballero del sur (un hombre que ha escrito la guía definitiva a la escritura de la versión de los Evangelios del Rey Jacobo) me invitó a un desayuno temprano, a las 7 de la mañana, y me ofreció un café.

Dije: “Sí, gracias”.

Luego él añadió. “¿Quiere bourbon en el café?”

¿Qué revela esa frase y la sorpresa que produjo? Creemos, por cualquier razón, que beber licor por la mañana es inapropiado, contrario a las normas sociales, algo a ocultar, un hábito de las clases inferiores que es peligroso e incluso malo.

¿Pero son verdad estas suposiciones? Se ha impuesto una nueva forma de prohibicionismo en el país, impuesta por los jefes de los gobiernos y sus soportes culturales, a pesar de que el consumo de alcohol no deja de crecer. Evidentemente, vivimos dos realidades: la que el gobierno nos impone y la que adoptamos en nuestra vida real.

Lo que me sorprendió de la frase de este hombre fue que suponía que ambos estábamos entre los rebeldes contra la ética imperante, que juntos rechazaríamos los decretos del gobierno y crearíamos nuestras propias normas y realidades. Es un modelo maravilloso de vida integral. Este libro trata de observar que sólo porque el gobierno ordene ciertas cosas y prohíba otras no significa que debamos seguir o incluso tolerar el mapa oficial de ruta para nuestras vidas.

La parte de verdad del tabú de beber por la mañana es que hacerlo todas las mañanas contribuye a una vida menos productiva. Pero en los fines de semana o cuando no es necesario estar en nuestro mejor estado, o cuando tenemos a algún invitado especial, sin duda no tiene nada de malo.

En todo caso, debe haber una tradición aristocrática perdida de añadir un toque, o si no este caballero del sur tan cultivado, educado y erudito no lo habría sugerido. Al hacerlo, estaba revelando alguna historia perdida sobre libertad y posibilidades. Considerar la sugerencia es imaginar un mundo que no existe, uno que rompe el status quo y juega con los pros y las contras de adoptar un muevo modo de vida.

La mayoría de los ensayos de este libro hacen justamente eso. Imaginan nuevas posibilidades radicales de vida fuera del status quo. O quizá deberíamos decir del “estado quo”, porque es el estado el responsable de dar forma a nuestro mundo, tanto en maneras descaradas como tan sutiles que apenas nos damos cuenta.

Ejemplos del libro incluyen cómo y por qué el agua “caliente” de nuestras viviendas se ha convertido en templada y qué puede hacerse, cómo nuestros retretes han dejado de funcionar adecuadamente a causa de la legislación que ha reducido el tamaño de las cisternas, cómo la aplicación de las leyes de tráfico se ha convertido en un fraude para quitar riqueza a la población para dar de comer a las autoridades, cómo la legislación de derechos de autor y patentes nos priva de la innovación cultural y tecnológica, y cómo los políticos que creemos que nos están protegiendo realmente están quitándonos nuestros derechos para protegerse ellos.

Ver los costes del estatismo es ver lo que llamaba Frederic Bastiat “lo que no se ve”. Se trata de imaginar la existencia de alguna posibilidad a la que el estado haya prohibido existir, jugar con esa posibilidad en la mente y luego actuar sobre lo que ha sido previamente una abstracción y hacerla realidad. El arte nos ayuda a conseguir esta proeza mental, por eso muchos de estos ensayos se ocupan de literatura, cine, cultura y artes.

Pero ver lo que está mal en el mundo (en palabras de Chesterton) es sólo el principio. Encontrar la solución, el rodeo, es el siguiente paso necesario. Trato de no mostrar problemas sin ofrecer asimismo algún tipo de solución, simplemente porque no hay nada productivo ni ejemplarizante en la desesperación. La esperanza aparece imaginando un futuro mejor aunque aún no exista.

La mayoría de estos ensayos se ocupan de lo que a menudo se consideran como asuntos triviales o ligeros. Pero lo trivial es muy a menudo bastante serio, mientras que lo que pensamos que es serio es a menudo bastante trivial, como trato de demostrar. Al mismo tiempo, me ocupo de asuntos que los que libertarios como yo no hablan muy a menudo, como la horrible realidad de la cárcel (sí, el artículo es autobiográfico) y los problemas relacionados con la propiedad intelectual. No pido perdón por el hecho de que los asuntos sean muy diversos. Tal vez eso haga más interesante este libro.

Mi propia formación en teoría económica subyace a este libro, derivada de mis muchos años de trabajo en el Instituto Mises en Auburn, Alabama, y la forma en que las amistades que he formado con esta relación me han alejado gradualmente del veneno de la política como medio viable de dirección social y económica.

Una parte paralela de mi vida incluye el estudio y práctica de la música, con interés particular en la llamada “música antigua”. Explorar la interacción entre cultura en términos generales y economía política es algo que ha ocurrido sin querer mientras he ido realizando con los años miles de artículos, de los que este libro representa sólo un ejemplo.

Todos necesitamos ser parte del proyecto de reimaginar la libertad, de vivir fuera de Estado Quo, o si no nos pasará como a muchas sociedades y civilizaciones que nos precedieron: tendremos un aparato de poder masivo e imposiciones que estrangularán el crecimiento y el ingenio de la gente, llevando a una parálisis que casi nadie notará hasta que sea demasiado tarde.

Me gustaría hacer una mención especial de agradecimiento a Lew Rockwell, que me ha animado a la publicación de esta especie de análisis económico-cultural y que ha publicado muchos de ellos en su sitio web, LewRockwell.com. Doug French sugirió, incluso insistió en recogerlos en un libro. Muchos amigos, colegas en el Instituto Mises, y asociados encontrarán aquí acontecimientos, ideas y frases que provienen de experiencias y conversaciones compartidas; de hecho, en muchos sentidos este libro no es mío sino el resultado de una experiencia común. Expreso a todos mi gratitud.

Prólogo a Bourbon for Breakfast: Living Outside the Statist Quo.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email