Tecnología nueva, timo viejo

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Tal vez hayáis recibido un correo electrónico como el siguiente (que he editado):

Soy _______, el ayudante personal/pariente del veterano general Robert Guei, de Costa de Marfil, que murió en un motín militar la semana pasada.

Quiero solicitarle su ayuda confidencial para recibir un total de US$56M (Cincuenta y seis millones de dólares de EEUU) urgentemente sin revelar mi identidad. Hay una necesidad urgente de hacerlo para trasladar a mi familia y a los nuevos huérfanos del general y su anciana madre. Hay US$40M depositados en dos casas financieras en Europa y US$16M depositados en efectivo en una empresa de seguridad en África.

Hemos decidido darle el 20% de la suma total solo tras confirmación del dinero en cualquier cuenta de su lección, ya sea personal o de empresa donde el incidente fiscal no tenga mucho impacto.

Si decide ayudarnos, contácteme inmediatamente a través de correo electrónico con su número personal de teléfono y fax para una comunicación sencilla y confidencial y más detalles. Advierta que esta transacción es 100% confidencial y nunca nos supondrá ningún riesgo en ningún caso para usted o para nosotros.

O este (que también he editado):

Soy _______, Presidente del Comité Ministerial de Evaluación e Implantación de Contratos en el Ministerio Federal de Aviación. Mi propuesta es muy confidencial. Estoy a punto de jubilarme después de muchos años de servicio.

Le pido urgentemente su ayuda sin reservas para proporcionarme una cuenta bancaria segura y fiable con detalles completos, como: Nombre y dirección del banco, número de teléfono, télex y fax en cualquier lugar del mundo en que pueda transferir la suma de 25 millones de dólares.

El propósito de esta transferencia es ocuparme de mi jubilación invirtiendo en un negocio viable que usted podría aconsejarme.

Desde la llegada del actual gobierno, se han concedido una serie de contratos por parte del Ministerio Federal de Aviación basados en suministros. La suma anterior (25,5 millones de dólares) se ha producido como plusvalía por algunos de los contratos hinchados llevados a cabo en el último trimestre. Actualmente, he conseguido que el dinero se quede en una cuenta bancaria secreta en el Banco de Nigeria hasta que puede localizar un socio expatriado fiable a quien pueda presentar como el legítimo beneficiario de los fondos. Usted será considerado un contratista que ejecute dicho contrato y prepare los documentos de apoyo a la transferencia.

El 25% será suyo por poner a nuestra disposición un número de cuenta empresarial o personal, dándome su ayuda sin reservas y siguiendo estrictamente los términos de esta transacción hasta que se produzca la transferencia de los fondos. El 5% es para todas las incidencias y gastos varios en que se incurra en el curso de la adquisición de los documentos necesarios para la transacción, propinas y demás gastos, incluyendo facturas de teléfono/fax, facturas de hoteles, impuestos y comisiones bancarias se liquidarán tras la confirmación del pago por el Banco Central de Nigeria (BCN). El 70% lo compartiremos yo y unos pocos colegas cuya ayuda será muy necesaria a lo largo de este periodo en cuestión.

Evidentemente, son timos. Parecen ser promesas de compartir enormes cantidades de dinero de origen dudoso, jugando con una mezcla de simpatía y avaricia. Si hay algo real en ellos, es que tratan de conseguir vuestro dinero.

A veces, en estos timos, el dinero del incauto simplemente se saca de su cuenta después de recibir los códigos necesarios de acceso. Más normalmente, se la priva al tonto de su dinero en una conversación posterior, después de que va a por el cebo, en la que se le dice que tiene que adelantar algún dinero debido a un fallo en la transferencia del botín.

Salvo por el uso de tecnología contemporánea, no hay nada nuevo en ellos. El “timo nigeriano”, que ahora se da en varios países africanos, ha existido desde 1991. Originalmente, circulaba por correo. Solo recientemente ha empezado  a circular por Internet.

Tal vez el primer gran timo de este tipo en la historia estadounidense fue la gran estafa de Ingraham de 1865. En este timo, se decía que una enorme propiedad, valorada entre seis y diez millones de dólares (entonces una gran cantidad de dinero) se había legado por un inglés a su nieta estadounidense. Pero, debido a los problemas para recuperar la propiedad, una persona que se presentaba como un abogado de la heredera estadounidense ofrecía 100$ de la propiedad por cada 5$ adelantados para cubrir los gastos  de gestión. Ved el el certificado emitido por esta persona:

El timo más famoso en la historia de Estados Unidos fue el famoso esquema de Ponzi de 1920. En este timo, Charles Ponzi, un inmigrante prometía a los inversores intereses del 50% cada 90 días (¡un asombroso tipo  anual de interés del200%, incluso ignorando el tipo compuesto!) Y, por un tiempo, estuvo realmente pagando intereses del 50% cada 90 días.

La gente empezó a hacer cola para entregarle dinero, un total de 40.000 personas, invirtiendo cada uno una media de 300$. ¿Cómo podía pagar un tipo de interés tan espectacular?

Bueno, ahora se sabe que una vez puesto en marcha su esquema, pudo pagar interesas a los antiguos inversores con el dinero que proporcionaban los nuevos inversores. Realmente muy poco dinero se invirtió en activos productivos. Pero la oferta de incautos (aunque grande) es limitada y pronto dejó de pagar.

Cuando fue arrestado, resultó tener un historial delictivo, de falsificaciones, para ser exactos. Después de estar un tiempo en prisión, volvió a su Italia natal y consiguió un empleo en las aerolíneas italianas. Allí ayudó a Mussolini a conseguir que sus aviones fueran puntuales hasta que perdió su empleo después de convertirse en informante cuando se le negó su parte en un plan de cobro de comisiones. ¡Pequeños ladrones como Charles Ponzi deberían saber que no tienen que entrometerse con el crimen organizado!

Los esquemas de Ponzi son comunes en el mundo actual. En Albania, en 1997, cuando ese país se libró de su régimen comunista ultraortodoxo, los jefes excomunistas crearon bancos que seguían el esquema de Ponzi y que engañaron a la mayoría de la gente del país. Pensaban: ahora somos un país libre, deberíamos ser ricos como los italianos al otro lado del Adriático. En primer lugar, no eran demasiado libres, solo estaban un poco menos reprimidos que antes. Pero, en segundo lugar, la libertad solo te da la oportunidad de aumentar la riqueza con el trabajo duro y el emprendimiento. Elegir bien te hace rico. Elegir mal te hace pobre.

Este año, en Haití, el dictador Aristide, instalado por la administración Clinton, puso en marcha un esquema de Ponzi al recomendar “cooperativas” dirigidas por sus compinches de izquierdas. Supuestamente, estas cooperativas iban a generar enormes beneficios a sus miembros-propietarios, porque, como sabe cualquier buen comunista, los directores de las empresas capitalistas no son sino sanguijuelas en la economía. Cuando cayó este esquema de Ponzi, a Aristide no le faltaron explicaciones. ¡La culpa era de Estados Unidos!

Hay que apuntar que el capitalismo es un sistema muy flexible y puede incluir a cooperativas, igual que propiedades, sociedad y empresas, así como otras formas de negocio. Tenemos muchas buenas cooperativas en nuestro país que no se basan en concesiones públicas de monopolios, sino en su capacidad de servir bien a sus miembros-propietarios. Pero no hay nada mágico en estas cooperativas y no ofrecen a nadie el tipo de rendimientos que prometen los artistas del timo.

El Departamento de Empresas de California identifica los diez fraudes principales actuales, que son:

  1. Pagarés. Por ejemplo, pagarés a 90 días, ofreciendo altos tipos de interés y afirmando que no están regulados por la SEC debido a algún aspecto técnico (no como en el esquema original de Ponzi).
  2. Fraude en Internet.
  3. Fraude en telemárketing.
  4. Seminarios de inversión y planificación financiera.
  5. Fraude en grupo afín. Este normalmente consiste en ofrecer a miembros de grupos étnicos o religiosos “ofertas especiales” en inversiones o diamantes u otros productos.
  6. Técnicas abusivas de venta por intermediarios y agentes.
  7. “Timos de inversión en viáticos”. Normalmente se trata de ofrecer vender participaciones en políticas de vida de gente que sufre SIDA u otras enfermedades terminales.
  8. Inversiones de alta tecnología. Normalmente se trata de ofrecer participaciones sobre productos o servicios de alta tecnología a inversores sin conocimientos.
  9. Espectáculo. Normalmente se trata de ofrecer participaciones en películas supuestamente con un enorme potencial de ganancias sin indicar los riesgos implícitos.
  10. Márketing multinivel / esquemas de Ponzi / Bunco. Una categoria miscelánea que incluye diversos timos.

Un hilo común en muchos de estos fraudes es que las estructura normal para evaluar las empresas nuevas o arriesgadas se presenta como indigno de confianza. Bancos, aseguradoras, fondos de pensiones, fondos mutuos, capitalistas emprendedores, etcétera tienen cierto cuidado al tomar decisiones de inversión en considerar los riesgos implícitos, incluyendo el de fraude. Es verdad que este trabajo no garantiza nada, solo mejora las probabilidades.

A veces una persona resulta estar en una posición mejor que una institución financiera para evaluar los riesgos de una inversión. O, debido a su familia u otras relaciones, puede influir en los riesgos existentes. Por ejemplo, tu hermano quiere establecerse por su cuenta y necesita algún capital inicial. Sabes que tu hermano es una persona honrada y trabaja duro. Como mínimo, estás dispuesto a confiarle unos pocos miles de dólares porque es tu hermano.

Y a menudo en los timos el artista tratará de convencer al incauto de que es un caso en que estás en mejor posición que una institución financiera para evaluar los riesgos existentes. Por alguna razón, las instituciones financieras (ni siquiera los capitalistas emprendedores) no se implican. Sin embargo, tú, una persona elegida al azar, cuyas únicas cualificaciones son, primero, que tienes algún dinero, y segundo, que no tienes ninguna experiencia concreta, tú puedes hacer mucho dinero si actúas.

Normalmente el número de incautos se limita a gente que es al menos algo ignorante del sistema capitalista y por tanto no sabe lo que es razonablemente posible en términos de rendimiento de inversiones. Los incautos tienden a pensar que los beneficios se basan en el robo y la explotación, en lugar de en el trabajo duro y el emprendimiento y quieren parte de la acción.

Pero hay veces en que hay un estallido en toda la sociedad de locura y avaricia. En esos tiempos, las reglas normales de inversión parecer abolirse y los valores de activos como inmuebles y acciones aumentan cada vez más sin ninguna relación con el poder de generar beneficios. Entre esos tiempos han estado la manía de los tulipanes holandeses, la burbuja del Mississippi, la burbuja de los Mares del Sur y, mas recientemente la burbuja japonesa de la década de 1970 y la de las empresas punto como en la de 1990.

En estas manías financieras, casi siempre hay algo real. En la Holanda del siglo XVI, la creciente riqueza de la clase media que siguió a la independencia del país y la adopción del libre comercio, significaban que cada vez más gente quería más lujos en su vida, como los tulipanes, objetos de belleza y no simplemente de supervivencia. Sin embargo la producción de tulipanes no podía aumentarse con facilidad. Así que la demanda inicialmente superó a la oferta y los bulbos de tulipán aumentaron de precio.

Después de que aumento en precio (ahora resulta evidente) se extrapolara  irracionalmente en posteriores aumentos en el precio, la manía de los tulipanes se puso en marcha, lo que acabó llevando a un declive cuando volvió repentinamente la racionalidad al país.

Algo muy parecido se produjo durante nuestra burbuja de las punto com. Internet es indudablemente un maravilloso avance en la tecnología. Ofrece muchas ventajas, tanto en la forma en que hacemos negocios como en la forma en que disfrutamos de la vida. Pero no nos lleva al nirvana. La bolsa (ahora resulta evidente) siguió adelante, muchísimo. ¡No puedo creer hasta qué punto me afectó incluso a mí!

Y junto con el estallido de locura y avaricia llega un estallido en el fraude y robo corporativo. Veamos la situación tras el Pánico de 1837. Durante la década de 1830, se produjo un auge especulativo en nuestro país, por ciertas razones. El oeste (lo que significaba lugares como Mississippi e Illinois) se estaba abriendo, canales y ferrocarriles estaban ligando nuestros mercados y los inmigrantes acudían a nuestras tierras. Los valores de inmuebles y acciones estaban aumentando y los bancos estaban expandiendo rápidamente la oferta monetaria.

Luego, por razones que debaten los historiadores, todo se derrumbó. Y cuando se derrumbó todo, el fraude y el robo y la insensatez quedaron al descubierto. Sí, durante el pánico, los bancos suspendieron su actividad. Pero, tras el pánico, cuando los bancos iban a reabrir, muchos fueron incapaces, es decir, quebraron, y muchos de ellos debido a estafas, desfalcos e insider-trading. (Son todas palabras elegantes para describir a ladrones de bancos que entran en el banco por la puerta trasera).

He visto docenas de quiebras bancarias durante ese tiempo debido a actividades criminales de cargos bancarios, directores y empleados. La más espectacular fue la quiebra del Schuylkill Bank de Pennsylvania, cuyo cajero robó 1,3 millones de dólares y luego se fugó a Texas.

Otra quiebra espectacular implicó a la Mississippi & Alabama Rail Road & Banking Corporation (alias Brandon Bank) de Mississippi. Tras la suspensión, había mucha preocupación respecto de su solvencia y el valor de mercado de sus billetes cayó rápidamente a los 9¢ el dólar. Se envió a un marshall federal a arrestar al presidente del banco. Sin embargo, este y otros dos directivos salieron del estado hacia Texas, llevándose con ellos 300 esclavos, 50 de ellos y diez blancos armados. “El marshall”, informaba el Sentinal de Vicksburg, “salió en su persecución, pero no pudo atraparlos”. A la vista del ejército creado por el presidente fugitivo del banco, me pregunto la energía con que los persiguió el marshall.

No todos los “bancarios” huyeron a Texas (posiblemente para reencarnarse un siglo después como ejecutivos de Enron). Por ejemplo, el presidente del Bank of Tennessee, cuando fue capturado, se ahorcó en su celda. Según una estimación, sesenta bancos quebraron tras el Pánico de 1837, con unas pérdidas totales de 132 millones de dólares. El país languideció en recesión hasta 1842 o 1843.

En Estados Unidos no deberíamos regodearnos con las desgracias de albanos y haitianos o de quienes mantuvieron su dinero en acciones tras el Pánico de 1837 yo el crash de 2000. Tenemos nuestro propio esquema de Ponzi del que preocuparnos. Un esquema de Ponzi masivo que amenaza con hacer quebrar todo el país. Hablo de la Seguridad Social.

La Seguridad Social funcionó maravillosamente durante el primer par de generaciones en el programa. Pagaron poco o nada al sistema y se jubilaron con prestaciones proporcionadas gravando a la generación trabajadora. A la generación trabajadora se le prometió que algún día sería su turno para vivir a costa de otro.

Durante más de cinco décadas, una población creciente proporcionaba una base fiscal en expansión sobre la que soportar a los que recibían beneficios (aun así, el tipo del impuesto de la Seguridad Social aumentaba constantemente). Luego, la llegada de la generación del “baby-boom” permitió a la Seguridad Social aumentar los ingresos, que se “invirtieron” en el déficit del gobierno federal en lugar de en activos productivos.

Ahora, el envejecimiento de la generación del baby-boom se alza ominosamente ante nosotros y cada vez está más claro que no habrá solución. Si queréis ver lo que ocurrirá a Estados Unidos, mirad los estados del bienestar de Europa. Allí el desastre llegará antes y peor.

Ser susceptibles a timos, tanto individualmente (siendo incautos) como como parte de la sociedad (estando sujetos a manías financieras ocasionales y a desastres de políticas fiscales), es parte de la vida. Nuestra vulnerabilidad nos pone nerviosos y tomar parte es una tentación.

La mayoría disfrutamos con la idea de timar al timador, como ocurría en la película de 1973 “El golpe”, protagonizada por Paul Newman y Robert Redford, y gandora del Óscar a la mejor película. Hay cierta justicia en ello. Pero creo que el mejor consejo con respecto a los timos es siempre: “si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea”.


Publicado el 16 de octubre de 2002. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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