La intolerancia tras los 11 mandamientos del progresismo de Elizabeth Warren

0

En un reciente discurso que Politico afirma que entusiasmó absolutamente a la izquierda “progresista”, Elizabeth Warren desgranó sus llamados 11 mandamientos del progresismo.

A continuación, daré primero el “mandamiento” de Warren y luego explicaré cómo el llamado mandamiento no puede implantarse sin violencia ni coacción estatal, Destaco que no voy a usar hipérboles o retratar a Warren bajo una falsa luz, Estoy seguro que es una persona agradable cuando se la conoce. No se trata de si es una persona agradable o desagradable, sino si defiende una economía política que se basa en favores políticos para algunos, unidos a una fiera intolerancia hacia muchos.

Los 11 mandamientos:

1. Creemos que Wall Street necesita normas más estrictas y una aplicación más rigurosa y estamos dispuestos a luchar por ello.

Por toda la mala conducta financiera que hemos visto en Wall Street, el problema no es una falta de regulación o una carencia de imposición. No, el problema es que Wall Street es inseparable del gobierno federal y del Sistema de Reserva Federal, que usa así Wall Street como un mecanismo para inyectar dinero barato en el sistema. Al mismo tiempo, el estado protege también a las empresas Wall Street de las consecuencias que se producen cuando se vienen abajo las inversiones en las burbujas financieras que crea la Fed.

Los populistas progresistas como Warren afirman aborrecer los rescates financiados con impuestos, pero no protestan por las acciones inflacionistas de la Fed, ni reclaman el fin de la relación simbiótica entre Wall Street y K Street. Sí, pueden quejarse de la relación, pero en ningún momento Warren ni nadie de su cuerda reclamó cortar los lazos entre Washington y Wall Street.

Lo que está diciendo realmente Warren es esto: Queremos que el estado tenga un papel todavía mayor en dirigir las inversiones y determinar los resultados, y cuando los resultados fracasen invariablemente (como podemos esperar de la planificación centralizada) reclamaremos más de lo mismo. Los resultados pueden ser económicamente desastrosos, pero proporcionan un maravilloso teatro político.

Warren nunca apoyará los mercados libres en Wall Street… y tampoco Wall Street, lo que creo que es instructivo. Nada podría proporcionar mejor disciplina a los mercados que los mercados libres, pero a Warren no le interesa la disciplina del mercado: le interesa que los mercados se vean obligados a proporcionar resultados que violan las leyes económicas y luego reclamar aún más coacción del gobierno cuando, inevitablemente, se producen los desastres.

2. Creemos en la ciencia y eso significa que tenemos la responsabilidad de proteger este planeta.

Warren se está refiriendo evidentemente al hecho de que no todos los científicos creen que estemos en medio de un calentamiento global catastrófico, y esto le vuelve loca. De hecho, la enfada tanto que quiere que el estado intimide a los científicos que no sigan los resultados “científicos” predeterminados por Washington.

Uno no “cree” o “no cree” en la ciencia. La ciencia no es (o no debería ser)una deidad. La ciencia trata del uso de ciertos medios coherentes para verificar y poner a prueba diversas teorías acerca del mundo natural. También trata de determinar probabilidades de ciertos eventos seguros y repetibles y nunca debería ser secuestrada por políticos para su propia utilidad.

Si Warren realmente “creyera” en la ciencia, no tendría ninguna objeción ante científicos como Roy Spencer y Judith Curry explicando en foros públicos (sin coacciones) por qué creen que los temores actuales que promueve Warren acerca del “cambio climático” se han exagerado. Veréis, en la ciencia real, la “discusión” nunca termina. El escepticismo está en el mismo núcleo del método científico, algo que la gente “la-discusión-se-ha-terminado” como Warren rechaza oír.

Lo que quiere decir Warren es que el gobierno debería financiar la investigación científica y que la investigación debería reflejar lo que políticos como Warren quieren que refleje. La actual crisis de obesidad de Estados Unidos, por ejemplo, está ligada directamente a que el gobierno acosa a los científicos desde hace casi cuarenta años, obligándoles a aceptar los “nuevos” patrones de nutrición del gobierno, incluyendo la “guerra contra la grasa”, que ha sido un desastre.

3. Creemos que Internet no debería configurarse para beneficiar a las grandes empresas y eso significa una neutralidad real en la red.

No soy experto en “neutralidad de red”, pero no creo que Warren esté muy interesada en proteger los intereses y derechos de las personas normales que usan Internet, ya que permanece extrañamente silente sobre el espionaje ilegal realizado por la CIA y la NSA que no hace nada por proteger a los ciudadanos ordinarios.

4. Creemos que nadie debería trabajar a jornada completa y seguir viviendo en la pobreza y eso significa aumentar el salario mínimo.

Traducción: Si estás dispuesto a trabajar por una paga que esté por debajo de lo que el gobierno dice que deben darte, estás quebrantando la ley. ¿Y qué pasa con la gente cuya productividad no llega a lo que Warren cree que debería ser el salario mínimo? Mala suerte.

Lo que no dice Warren es que el propósito original de la imposición del salario mínimo no fue nunca sacar a la gente de la pobreza. Por el contrario, los progresistas querían asegurarse de que ciertos grupos de gente, negros y europeos orientales que vivían en EEUU, se vieran expulsados del mercado laboral. Dado que la tasa de desempleo para jóvenes negros en este país está en máximos históricos, solo podemos pensar que la estrategia progresista ha funcionado muy bien.

Son los propietarios de empresas que tanto desprecia Warren los que tienen que pagar la factura de los mayores costes laborales y, si no pueden, se cierra el negocio, pero Warren, por supuesto, no perderá un centavo. En caso de que alguien piense que Warren tiene algún respeto por los empresarios y la gente que ha invertido, trabajado y arriesgado su propio dinero para iniciar un mantener negocios, ella tiene esto que decir, según el columnista progresista E.J. Dionne:

“No hay nadie en este país que se hay hecho rico por sí solo”, dijo. “Nadie. ¿Construiste una fábrica allí? Bien por ti. Pero quiero dejarlo claro: Trasladaste tus bienes al mercado en carreteras que todos pagamos. Contrataste a trabajadores que resto pagamos para educarlos. Estás seguro en tu fábrica debido a la policía y los bomberos que pagamos el resto“. Todo era parte del “contrato social subyacente”, dijo, una expresión que los políticos no suelen usar.

Los empresarios, en lenguaje de Warren, son parásitos sociales y económicos que no deberían tener ningún mérito por nada en absoluto. Solo aprovechan los servicios públicos y el éxito empresarial llega casi automáticamente y los empresarios extraen entonces la riqueza de la comunidad a través de los beneficios.

5. Creemos que los trabajadores de los restaurantes de comida rápida merecen un salario digno y eso significa que cuando se incorporan al piquete estamos orgullosos de luchar con ellos.

Cuando yo tenía 15 años, trabajé en una atracción turística cerca de Chattanooga llamada Rock City. Nadie (incluyendo a los políticos) creía que yo debería estar ganando lo suficiente como para vivir por mí mismo. Igualmente, la inmensa mayoría de los trabajadores de los restaurantes de comida rápida no son gente tratando de vivir independientemente: están ganado dinero para ayudar a pagar sus gastos, ahorrar para la universidad, comprarse coches y similares.

Primero, Warren ni siquiera entiende qué queremos decir con empleos y salarios. Un “empleo” es la aplicación e trabajo a la creación de un bien de producción o un bien de consumo. Un salario es un pago dado al dueño de los servicios laborales para ese servicio concreto. No es nada más que eso.

Segundo, al insistir erróneamente en que el empleo es esencialmente un plan de bienestar, Warren desconecta trabajo de producción, Por usar el término marxista, apoya la alienación como doctrina laboral en la que el trabajador se aliena de cualquier realidad respecto de su trabajo. Según Warren, el trabajo no es más que un flujo de renta para el trabajador, sin que el flujo tenga conexión alguna en absoluto con el valor de lo que produce el trabajador.

Si vamos a la realidad (basada en las leyes de la economía) de la declaración de Warren, obtenemos esto: “Si estás dispuesto a trabajar por menos de lo que el estado declara que es un “salario de subsistencia”, no se te permitirá trabajar en absoluto y si buscas empleo sin permiso del estado, te trataremos como un delincuente”. Por desgracia, en el nuevo orden de Warren, habría montones de delincuentes laborales, gente trabajando sin registro y en definitiva gente marginada acudiendo a las ocupaciones periféricas que el estado declara que son ilegales.

6. Creemos que los estudiantes tienen derecho a tener una educación sin verse aplastados por las deudas.

Las cargas de los préstamos a los estudiantes están aumentando, pero quizá tengamos que preguntarnos por qué es así en lugar de decir a los estudiantes que otro (a menudo alguien no tan privilegiado como para haber tenido una educación universitaria) pagará sus deudas. Si se le presiona lo suficiente, sospecho que Warren estaría de acuerdo con sus compañeros de izquierdas en que la universidad debería tener matrículas gratuitas y estar relativamente abierto el acceso. Más aún, en sus mentes, eso no debería ser un problema. (He hablado con suficientes miembros de la facultad en la que enseño para saber que un montón de demócratas de izquierdas creen que las universidades no deben cobrar matrículas ni ninguna otra cosa, punto).

Parece, como mínimo, que Warren cree que las personas que acumulan grandes deudas en educación no deberían tener que pagar completamente esas deudas, recayendo lo pagos en su lugar sobre los contribuyentes, aunque esté bastante claro que los “beneficios” personales de una educación universitaria tienden a privatizarse. Como las empresas de Wall Street y otros capitalistas compinches, Warren quiere ahora todo un país en el que ciertos grupos (y empresas) favorecidos políticamente tengan privatizados sus beneficios, pero socializadas sus pérdidas y pagadas por todos los demás.

7. Creemos que después de trabajar toda la vida, la gente tiene derecho a jubilarse con dignidad y eso significa proteger la Seguridad Social, el Medicare y las pensiones.

Curiosamente, mientras echa el señuelo de los aumentos en estas cosas (que, como siempre, se pagan íntegramente por los contribuyentes, que se verán obligados a proporcionar la “dignidad” a otros), Warren no está dispuesta a permitir “dignidad” a empresarios que ahorraron, asumieron grandes riesgos y tomaron decisiones en sus vidas para proporcionar bienes y servicios para beneficio de los consumidores.

8. Creemos (no puedo creerme que tenga que decir esto en 2014), creemos en igual paga para igual trabajo.

Warren no está hablando de pagos a hombres y mujeres que hacen el mismo trabajo en un entorno de mercado. De hecho, hay muchas evidencias que demuestran que las mujeres solteras tienden a ganar más que los hombres solteros.

No, Warren está hablando de una expresión llamada “valor comparable”, en la que las autoridades públicas determinan la “igualdad” de trabajos. Ese proceso está completamente politizado, así que lo que quiere decir realmente Warren es que el estado determinará el supuesto valor de un trabajo y luego obligará a los empleados a pagar de acuerdo con ello.

9. Creemos que igual significa igual, y esto es cierto en el matrimonio, es cierto en el trabajo, es cierto en todo Estados Unidos.

Si Warren quisiera decir que el estado se apartara del matrimonio, apoyaría este punto. Sin embargo, a juzgar por toda su retórica, lo que quiere decir es que todos los demás deberían estar obligados a aceptar su definición del matrimonio y, quien no quiera, será multado e incluso arrestado por tener opiniones divergentes.

Warren protesta constantemente en favor de una sociedad completamente politizada en la que el estado decide qué es valioso, qué es “legítimo” y qué tipo de pensamiento debería permitirse. Cuando el antiguo CEO de Mozilla, Brendan Eich, se vio obligado a dimitir debido a que había contribuido con algún dinero a una iniciativa de matrimonio “hombre y mujer” en California en 2008, mandó un mensaje claro y escalofriante a los lugares de trabajo en todo EEUU: lo único que importa es la política.

No importaba que Eich fuera un personaje importante en ayudar a desarrollar Internet y sus capacidades se echaran de menos. No, las Elizabeth Warren de este mundo solo se preocupan por las opiniones políticas de una persona. (Quizá esta sea una razón por la que Warren ha expresado tanto odio hacia los empresarios de éxito: han tenido éxito fuera de la ideología política).

10. Creemos que la inmigración ha hecho fuerte y dinámico este país, y eso significa reforma.

Debido a que la situación actual de la inmigración es un tema caliente que yo no preferiría tocar, dado que puede ver argumentos en ambos bandos, solo diré que la visión de Warren de una inmigración ilimitada en un estado social absoluto sería un desastre. Warren no ha mostrado ninguna proclividad a poner ningún límite en el bienestar y, dado su historial político, creo que ve a los nuevos inmigrantes como una fuente de apoyo político a cambio de prestaciones de bienestar.

11. Y creemos que las empresas no son personas, que las mujeres tienen un derecho a sus cuerpos. Derogaremos Hobby Lobby y lucharemos por ello. ¡Lucharemos por ello!

La sentencia Hobby Lobby era bastante limitada y las implicaciones de la sentencia indudablemente no justificaban la reacción completamente trastornada de Warren y otros. El Tribunal Supremo de EEUU no impedía  a nadie recibir dispositivos de control de natalidad ni ninguna otra cosa. Todo lo que decía es que había cuatro tipos de dispositivos o componentes químicos que los opositores al aborto llaman abortifacientes que ciertos empresarios podían negarse a proporcionar gratuitamente a los empleados.

No prohíbe a los empleados de Hobby Lobby comprar esos productos químicos o dispositivos concretos; la sentencia solo dice que Hobby Lobby no tiene que pagarlos, dada la naturaleza religiosa de los propietarios de la empresa y el hecho de que es una empresa en manos de pocas personas.

Por favor, entended lo que está diciendo Warren: los propietarios de Hobby Lobby no tienen derechos. No son personas; solo los que tienen opiniones similares a las de Elizabeth Warren tienen derechos.


Publicado el 16 de agosto de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email