La revista People informaba recientemente de que varios famosos diseñadores de moda han rechazado trabajar con Melania Trump porque no aprueban su política y lenguaje, o más bien los de su marido. Dada la manera a menudo ofensiva de Donald Trump de hablar de, bueno, de casi todo, es comprensible. Así que concluyen que si diseñas y haces ropa para Melania Trump, especialmente la que vestirá en la toma de posesión, en cierto modo estas apoyando a Donald Trump y a lo que éste defiende. Así que diseñadores como Sophie Theallet han decidido que como “están en contra de toda discriminación y prejuicio” no pueden trabajar para Melania.
Todo esto parece bastante paradójico. ¿Cómo es posible que diseñadores progresistas de moda como Sophie Theallet rechacen atender a alguien? En años recientes se ha hecho primero poco razonable, luego políticamente incorrecto y últimamente ilegal para algunas personas rechazar atender. No para los diseñadores de moda, por supuesto. Ellos están por encima de todo eso. Estoy hablando de pasteleros y fotógrafos que, debido a sus creencias religiosas, han rechazado educada pero firmemente dar servicio a bodas gay. Y advirtamos que no han rechazado atender a homosexuales. Solo han dejado claro que no pueden moralmente proporcionar una tarta de boda o arreglos florales para una boda homosexual porque va en contra de sus principios religiosos.
Y por eso han sido puestos en la picota en la prensa, demandados y amenazados con la pérdida de sus negocios y ahorros personales. Pensemos en Barronelle Stutzman, una florista de Washington que ha atendido y empleado a gente de todo tipo, incluyendo homosexuales, durante toda su carrera. Sin embargo, después de que se negara a proporcionar flores para una boda homosexual, de acuerdo con su fe, tanto la ACLU como el fiscal general del estado de Washington han demandado, no solo a su empresa, sino a ella personalmente. Eso repite la situación de los pasteleros de Oregon Aaron y Melissa Klein. Estos hicieron una tarta para una mujer que quedó tan contenta con su trabajo que ella y su compañera pidieron a Melissa que hiciera su pastel de bodas. Los Klein explicaron educadamente que, debido a su religión, no podían apoyar una boda que violaba sus creencias. En respuesta, el estado les demandó, emitió una orden legal prohibiéndoles hablar de su deseo de trabajar de acuerdo con su religión y dijeron que “necesitaban rehabilitación”. La multa que les impuso el estado y las posteriores cartas y amenazas obligaron a los Klein a cerrar su negocio y llevaron a Aarón Klein a trabajar como basurero para pagar sus facturas.
¿Alguien cree que Sophie Theallet será demandada y se quedará sin negocio por rechazar apoyar la toma de posesión de Trump? Tal vez Trump debería demandarla por prácticas discriminatorias. Después de todo, se podría decir que ese giro es justo. Los progresistas han hecho difícil la vida a pequeños negocios cristianos y religiosos, así que ahora es el momento de hacer la vida difícil a los diseñadores de moda. Eso indudablemente se ajustaría a la actitud de ojo por ojo de Donald Trump hacia casi todo en la vida, especialmente en las demandas.
Pero esta es la aproximación incorrecta. El problema no es que algunos diseñadores hayan rechazado trabajar con Melania. Seamos sinceros, el mundo no tiene una escasez de diseñadores de vestidos con precios excesivos. Melania puede encontrar algún otro. Esto también es cierto para parejas homosexuales que han demandado y perseguido a floristas y pasteleros religiosos. El país no tiene ninguna escasez de estos. Además, mientras que Theallet está rechazando atender a Trump en absoluto, los fotógrafos y pasteleros religiosos está más que dispuestos a atender a clientes homosexuales, solo que no en sus bodas.
No, no se ha tratado nunca de una falta de proveedores de servicios. Ha sido una falta de voluntad de aceptar que otras personas pueden no apoyar tu comportamiento. Diseñadores famosos de moda están rechazando atender a Melanie Trump porque no quieren que parezca que apoyan el comportamiento de su marido. Deberían tener el derecho a tomar esa decisión libres de amenazas de demandas y acoso público. De la misma manera, fotógrafos y pasteleros religiosos deberían tener derecho a rechazar educadamente apoyar la práctica de las bodas gay.
Estados Unidos siempre ha dado una muy alta prioridad a las objeciones de conciencia pero los derechos de conciencia están siendo cada vez más marginalizados. La libertad religiosa es mucho más que sencillamente tener libertad para acudir a la iglesia, la sinagoga o la mezquita. Es la libertad de vivir realmente de acuerdo con tus creencias religiosas (incluso las que pueda no ser políticamente correctas o aceptadas por diseñadores de alta costura) todos los días de la semana.
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