¿Los vehículos sin conductor harán irrelevantes a los policías de tráfico?

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Hasta hace poco, los vehículos autónomos han parecido una tontería no realista. Si embargo, la tecnología para los automóviles autónomos ya ha empezado a implantarse y hace solo un mes Uber presentó una flota de automóviles autónomos en la ciudad de Pittsburgh. GoogleMercedesTesla y más están trabajando en tecnologías autónomas que se planea presentar en los próximos años. Las tecnologías de autoconducción tendrán un enorme impacto sobre nuestra economía cuando se introduzcan. Conducir dejará de ser una tarea consumidora de tiempo que obliga a los conductores a ser casi tan improductivos como si estuvieran sin moverse. Como ya no habría necesidad de centrarse en controlar el vehículo, los pasajeros serían libres para usar ese tiempo como quieran.

Otro beneficio probablemente será un uso más eficiente de los automóviles en general. De media, los estadounidenses dedican solo 101 minutos conduciendo, lo que deja el resto del día al vehículo estacionado, improductivo y ocupando espacio. Los vehículos autónomos potencialmente podrían cambiar eso gracias a sistemas de compartición de automóviles similares a Uber y Lyft. ¿Por qué tener tu automóvil estacionado cuando estás trabajando si podría generar ingresos llevando a otros por una tarifa que tú fijas? Los servicios de entrega también se verán muy afectados. Un automóvil autónomo no necesita dormir, comer, parar en el servicio, etc., lo que disminuye el tiempo y el coste de transportar bienes. Los automóviles autónomos acabarán teniendo un enorme efecto positivo sobre la economía y probablemente reduzcan drásticamente el coste del transporte.

Una objeción obvia que ya se ha planteado en contra de los automóviles sin conductor es que causarán desempleo. Esta objeción no es nueva y se escucha cada vez que una nueva tecnología es capaz de hacer un trabajo más eficientemente que una persona. Henry Hazlitt respondía a esta objeción en su libro La economía en una lección.

La creencia en que las máquinas causan desempleo, cuando tiene cierta coherencia lógica, lleva a conclusiones absurdas. No solo deberíamos estar causando desempleo con toda mejora tecnológica que hagamos hoy, sino que el hombre primitivo debe haber empezado a causarlo con sus primeros intentos para ahorrarse trabajo y sudor inútiles.

La revolución del transporte probablemente deje temporalmente desempleadas a muchas personas cuyas vidas dependen de la conducción. Sin embargo, este patrón de tecnologías desplazando temporalmente a las personas se ha observado a lo largo de la historia y ha llevado a una creciente productividad (y por tanto, a salarios reales mayores) en todos los casos. Las nuevas tecnologías permiten a la gente gastar menos dinero en ciertos productos y servicios (en este caso, en transporte) y les permite gastar su dinero en otras cosas, proporcionando oportunidades para nuevas áreas de empleo. En último término, a los desplazados por las nuevas tecnologías se les permite encontrar nuevo trabajo productivo.

Implicaciones de los vehículos autónomos para la economía en general

La privatización de las carreteras habría visto una implantación temprana de estas tecnologías, ya que estas habrían podido implantar tecnologías que ayudarían a los vehículos autónomos. Los fabricantes de software de autoconducción podrían haber implantado cruces de carreteras capaces de comunicarse con vehículos autónomos, haciendo mucho más realista su viabilidad. De hecho, algunos de los problemas que ha sufrido la programación de un vehículo autónomo tienen que ver con los diseños actuales de las carreteras. Actualmente, si un vehículo Autopilot de Tesla no identifica las líneas de carril es incapaz de funcionar en modo automático. El resultado es que mucho del diseño de los vehículos autónomos se centra en realidad en adaptarse al diseño de las propias carreteras y su inherente hostilidad hacia los vehículos autónomos. A pesar de estas adversidades, los vehículos autónomos harán al estado cada vez menos relevante en lo que se refiere a regular las normas de conducción. Un ejemplo de esto son las leyes que dictan quién puede conducir. Las leyes que dictan quién puede conducir un vehículo acabarán siendo irrelevantes con los automóviles autónomos. No puede haber conductores ebrios si no hay conductores. Las leyes con respecto a las discapacidades, como ceguera y restricciones de edad a la conducción también serían irrelevantes. No tener conductor implica no tener que conseguir una licencia para conducir y por tanto esta sería irrelevante. El transporte público sería irrelevante, ya que compartir trayectos se haría más barato y los automóviles se usarían más productivamente. Al ir mejorando los vehículos autónomos, también tienen la posibilidad de hacer mucho más seguras las carreteras.

En Estados Unidos, más de 37.000 personas mueren en las carreteras cada año y en todo el mundo la cantidad asciende a 1,3 millones. Privatizar las carreteras sería un paso en la dirección correcta para aumentar la seguridad, pero también los vehículos autónomos pueden ayudar. Imprudencias, ebriedad, distracciones, etc., no existen cuando hay un programa que presta atención a la carretera en todo momento y en todas las direcciones.

Los accidentes de automóviles se estima que acabarán costando 162.400 millones de dólares anuales solo en EEUU. Si la tecnología sin conductor pudiera perfeccionarse hasta el punto de que lleve a menos accidentes, más parte de ese dinero y recursos podría dedicarse a otras áreas de la economía. Las empresas que fabriquen vehículos autónomos también tendrán un incentivo para asegurarse de que sus automóviles sean lo más seguros posibles para sus pasajeros, otros conductores y peatones. Al accidentarse menos los vehículos, los precios de los seguros probablemente caigan, disminuyendo la carga y por tanto la importancia del seguro obligatorio de automóvil. Más vehículos autónomos también pueden disminuir el tráfico, por dos razones principales:

  1. Los vehículos autónomos se comunicarían entre sí y planearían por adelantado sus acciones para evitar el tráfico. También podrían coordinarse para, por ejemplo, acelerar simultáneamente, casi eliminando así el tráfico debido a atascos. Esto va de la mano con el incentivo del fabricante de software para crear sistemas con tráfico mínimo.
  2. Personas y empresas que posean vehículos autónomos pueden cobrar tarifas más altas por compartir trayectos en momentos de alta congestión, como las horas punta.

En lugar de esperar a que el estado idee formas de tratar de reducir el tráfico, el mercado puede que ya haya encontrado la solución.

 

El artículo original se encuentra aquí.

 

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