La conferencia de Rallo sobre anarquismo es un desastre

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Este artículo es una crítica a la conferencia de Juan Manuel Rallo titulada «¿Anarquismo o Minarquismo?»; es una reproducción con mínimas ediciones a partir de una publicación de Dante Bayona en Facebook.

¿Cree Rallo que el libertarismo se basa en la «ética del principio de agresión»?

Los anarquistas se basan en la «ética de propiedad privada».

Los anarquistas hablan de propiedad privada. Y no estoy hablando de los supuestamente anarquistas hayekianos, ni los anarquistas friedmanianos, estoy hablando de los anarquistas como el de la foto que puso Rallo al comienzo en su exposición (del que finalmente nunca dijo nada).

Es un error hablar de principio de no agresión porque eso lleva a muchos callejones sin salida (la conferencia de Rallo está llena de ellos). ¿Acaso los libros de Hans-Hermann Hoppe y Murray Rothbard hablan sólo de principio de no agresión (PNA)? No. Hablan de «propiedad privada». Aclaremos que Rothbard habla de PNA como forma popular del libertarismo, pero su fundamento es la propiedad privada.

Si uno no tiene teoría de propiedad privada, uno no sabe cuándo algo es un robo (en la conferencia Rallo se pregunta si robar por necesidad es robo…). Algo es robo cuando se le quita al legítimo dueño, al primer dueño. (Y la teoría de propiedad privada no se queda en Locke como parece sugerir Rallo en la conferencia).

Rallo no sabe hasta qué punto algo es agresión. Pero esto ya ha sido explicado por la aproximación fisicalista-materialista de teoría de propiedad de los anarcocapitalistas. Los límites tienen que ser físicos porque si no fuese así, el sistema legal sería completamente inestable. Imaginen que yo voy al juez y le digo «meta preso al gay porque me da dolor de cabeza». Incluso aunque me provocara dolor de cabeza (y un escáner cerebral lo comprobara). ¿Qué pasaría si el juez mete preso al gay? Si dicha norma se generalizara generaría un caos: todos terminarían en la cárcel por caprichos del resto. Y la ley no funcionaría, no facilitaría las acciones humanas, los intercambios y la vida en paz. Dicho de forma evolucionista, una sociedad con tal tipo de leyes no progresaría, el intercambio se frenaría, y el sistema legal de otra sociedad que no cometiese ese error se impondría.

Todos los callejones sin salida en los que se mete Rallo se solucionan si los analiza desde una aproximación de propiedad privada y no de PNA (eso del robot, de los niños, de los discapacitados, las difamaciones, etc; sobre todo esto ya se ha escrito bastante en propiedad privada anarquista). La pregunta de Rallo de si los animales tienen derechos también se aclara con teoría de propiedad (¿qué hace que un ser humano tenga propiedad privada?).

Rallo comienza su conferencia hablando de anarquismo filosófico y anarquismo político, y los define arbitrariamente como «doctrina contra la soberanía estatal», y «doctrina que propugna la desaparición del Estado». Esas definiciones que da Rallo pasan de largo, por completo, la teoría de propiedad privada. ¿Los anarquistas quieren derribar al Estado solo por el gusto de derribarlo? No. Derribar al Estado es una consecuencia de la teoría de propiedad privada. Todo está anclado en la teoría de propiedad privada. Locke no decía ‘vamos a crear un Estado minarquista para minimizar el Estado’.

Aquí Rallo podría decir ‘es que hay muchas opiniones sobre propiedad privada y todas ellas son respetables’. No. Lo que dice Rallo equivale a decir que varias ideas que se contradicen son todas correctas al mismo tiempo, y eso no es así. Cuando uno debate con otra persona, de forma honesta, el que gana es el que demuestra las contradicciones de la teoría del otro. Y el que pierde tiene que ser honesto y aceptar sus contradicciones.

Claro, esto implica primero un tipo de mente que busca encontrar las contradicciones, y partir de un punto claro. Y eso no es algo que se note en el razonamiento de Rallo. Esto que digo no es nada personal contra Rallo. En el mundo de las ideas hay dos tipos de mentes. Mentes que parten de puntos establecidos que tratan de demostrar no contradictorios (Mises, por ejemplo). Y mentes algo caóticas en las que cientos de ideas no encuentran conexión ni punto de partida. Peor aún, hay varios locos que niegan la lógica y así niegan la posibilidad de que los hombres se pongan de acuerdo (polilogismo).

La teoría de propiedad anarquista, para cualquiera que se ha interesado en leerla, tiene un punto de partida (que tratan de demostrar no contradictorio) y luego sobre eso construyen todo. Así que no es una simple opinión. Rallo ha expresado en varias oportunidades que no cree en la teoría de Hoppe, pero hasta ahora no nos ha mostrado dónde está la contradicción.

Y para terminar esta sección: dado que Rallo carece de teoría de propiedad es claro que concluya «El PNA es insuficiente para resolver la problemática social».

Rallo quiere detalles

Y si no le dan detalles, entonces no hay anarquismo.

Rallo se pregunta qué nivel de ruido es agresión, quiere que le digan cuántos decibeles serán permitidos en el anarquismo, sino el anarquismo no funciona. Así no es el asunto. La ley es un principio general, y luego sobre eso se trabajan los casos específicos, y eso puede cambiar de sociedad a sociedad. Hay sociedades fiesteras que soportan bastante ruido, y hay otras que no. Mientras el principio puede ser el mismo, el nivel de decibeles aceptados bien podría ser diferente.

Parece que Rallo dijera ‘Por robar un auto en una sociedad anarquista, ¿cuánto tiempo te meten preso? ¿un día? ¿un mes? Ya ves que nadie se pone de acuerdo’. Eso se va «descubriendo» de sociedad en sociedad. Hoy cuando los gobiernos pasan leyes, la ley sola no hace nada, tiene que ser asignada a un grupo para su aplicación e implementación. Ellos determinan los detalles. Igual sería en una sociedad privada.

En este punto Rallo dice: ‘como no se pueden especificar los detalles, entonces se le da el poder a un monopolio para determine los detalles’. Y eso es un non sequitur. Que los detalles, a nivel de ley general, no se puedan especificar, no significa que no puedan ser resueltos por varias cortes privadas, no es una necesidad que se tenga que crear un monopolio que determine los detalles.

Todo el razonamiento de Rallo se entrelaza con una supuesta teoría de bienes públicos

Su razonamiento es como sigue:

  • Debido a la existencia de free riders, se necesita que exista una agencia que a la fuerza les haga pagar por el bien que reciben, porque si no pagan, entonces el bien no se produce.

Y eso no es estrictamente así. El bien se puede producir incluso con la existencia de free riders. Eso ya ocurre en la realidad. Hay empresas mineras que para llegar a las montañas a excavar minerales construyen ellas mismas sus carreteras y dejan que la gente pobre de los pequeños pueblos en el camino usen las carreteras gratis. Las mineras ni se molestan en hacerles pagar. De este modo, mientras el beneficio sea más grande que el costo, las empresas privadas grandes, la gente adinerada, bien pueden pagar por seguridad aún con free riders.

Digamos que el free rider aún teniendo dinero no quiere colaborar en la manutención del ejército y llegan a invadirlos. Al comienzo todo va bien, pero si el riesgo crece, entonces le conviene empezar a colaborar con algo. O si por algún motivo el free rider se da cuenta de que los que pagan no lo protegerán en caso de invasión (serán excluidos), entonces tiene que empezar a aportar. Entonces, el bien público bien puede ser producido aunque existan free riders. Y eso de que se necesite un Estado para que les cobre contribuciones a la fuerza es un non sequitur.

En el caso extremo, imaginemos que el 70% no quiere contribuir voluntariamente a la construcción de carreteras. Bueno pues, que no haya carretera. Subjetivamente la gente valora más quedarse con el dinero que la carretera. En este punto Rallo dice: «¡No! ¡Es que tiene que haber carretera!» (suena a planificador central).

(Sobre esto de bienes públicos, los anarquistas ya han escrito).

Rallo se pregunta si una palmada en la espalda es agresión. Eso depende de la intención. Los jueces estatales hoy buscan pruebas sobre eso, y los jueces en un sistema privado también tendrían que resolver el mismo problema.

Los equilibrios de Nash en juegos repetitivos van cambiando. En cada juego que sigue los agentes pueden aprender del pasado. Tienen más información. Un ejemplo de un equilibrio subóptimo de Nash son las carreteras que hacen atajos. Digamos que el gobierno construye una carretera para que la gente ahorre tiempo, pero toda la gente al darse cuenta empieza a usar esa carretera, la carretera entonces se vuelve lenta y todos se perjudican. Cada individuo buscando su propio beneficio llegan a una situación peor de lo que hubiese pasado si hubiese colaborado. Si fuese un solo juego, entonces la situación se queda allí. Pero, ¿qué pasa si los agentes repiten el juego y tienen información de lo que pasó ayer? Aprenderán que es mejor no tomar esa ruta. La gente aprende de sus errores y de los errores del vecino. Para llegar al equilibrio de Nash en anarquismo se necesita «información» (costumbres, ideología).

Así que eso que parece decir Rallo de que el anarquismo no es juego estable no es exactamente así, eso depende de la ideología. (El rol de la ideología se explica más abajo).

Sobre el óptimo de Pareto, Hulsmann (basándose en Rothbard) ha explicado que sí existe una situación donde ya ningún individuo puede mejorar sin que otro empeore: todos los intercambios tienen que ser voluntarios. Si un ladrón mejora su situación, lo hace a costa de empeorar la situación de otro.

¿Es factible el anarquismo?

Rallo comienza haciendo una distinción arbitraria, a su gusto digamos, entre anarquismo filosófico y anarquismo político, y deja de lado por completo la economía del anarquismo. Y el análisis del anarquismo bien puede empezar con economía. Así pues, Rallo deja de lado una pregunta muy importante: ¿Puede existir un mercado para los servicios de seguridad y un mercado para los servicios judiciales? ¿Será posible, o es algo para lo que necesariamente tiene que existir un dictador que robe? Bueno, si hay una demanda del servicio, y gente dispuesta a ofrecerlo, entonces hay un mercado. Eso Rallo, por lo menos en forma teórica, no lo puede negar. Y luego, como todo economista entiende, la competencia produce mejores servicios que el monopolio. Eso Rallo tampoco lo puede negar. Entonces, por lo menos en términos económicos, Rallo tiene que aceptar que un mercado en competencia produciría mejores servicios que el monopolio público (incluso con free riders). Esto es praxeología. (Pero bueno, ya sabemos que Rallo no es praxeólogo). El mismo análisis que se aplica al resto de los mercados tiene que aplicarse al mercado de servicios de seguridad y justicia.

Pero como dijimos, esto es «teoría». Ahora, dado que Rallo no es praxeólogo, falla en hacer la importante distinción entre «teoría e historia» (menciona teoría e historia en una parte de su presentación, pero sin tener nada que ver con lo que decía Mises). Mises separa lo que ocurre en el mundo real en dos campos, un campo de teoría y un campo de historia. La teoría ya la hemos descrito: los mercados de servicios de seguridad y justicia pueden existir. Pero Mises entiende que en la sociedad real hay otros factores que determinan los fenómenos sociales. Mises agrupa todos esos factores en «historia» (factores ideológicos, costumbres, religiones, psicología de masas, etc.). ¿Pueden los factores ideológicos nulificar un mercado? Sí. Hay ejemplos de mercados que no existen: En la India no existe mercado de carne de vaca; en las sociedades musulmanas no existe mercado de carne de cerdo. ¿Por qué? Por factores ideológicos (la religión lo prohíbe). Esa es la parte «historia». Por lo tanto, si teóricamente existen los mercados de seguridad y justicia, lo que hace falta encontrar son los factores ideológicos y sociales que pueden hacer viable esos mercados. Eso es lo que los anarquistas ahora andan haciendo: analizando las condiciones sociológicas e ideológicas que pueden hacer posible que esos mercados funcionen.

Para que exista el anarquismo, tiene que existir ideología, sino es imposible. Es decir, la teoría y la historia tienen que ir de la mano. Si ya se tiene la teoría, lo que falta es el factor historia. Tiene que existir una ideología de propiedad privada. Para que el anarquismo funcione, el libertarismo tiene que ser una ideología extendida. Debe ser algo así como la religión de esa zona. Y para que dure en el tiempo ese anarquismo, los valores tienen que transmitirse de forma fuerte de generación a generación. Así como la religión en Irán (esos han mantenido su ideología por siglos, y su ideología sigue fuerte).

¿Cómo lograr una ideología fuerte? Hay diferentes alternativas. Una puede ser tratar de bautizar a los socialistas perroflautas para que se conviertan en libertarios, y otro camino puede ser tratar de reunir a los libertarios en zonas específicas separándolos de los perroflautas. Si eso se logra, entonces el factor ideología se alcanza, y se logra estabilidad en el tiempo.

En resumen:

  • La exposición de Rallo se basa en PNA, y eso es incorrecto.
  • La exposición de Rallo se basa en su teoría de bienes públicos, y eso está lleno de non sequitur.
  • La exposición de Rallo olvida por completo el anarquismo de propiedad privada (que es el único anarquismo que realmente existe) (sin contar a Friedman).
  • La exposición de Rallo no hace distinción entre teoría e historia. Olvida por completo la economía del anarquismo. Y olvida el factor ideología necesario para que funcione el anarquismo. (Pero claro, en este punto queda por saber si Rallo cree que la distinción ‘teoría-historia’ tiene sentido o si cree que sirve para algo).

La publicación original se encuentra aquí.
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