Ayn Rand sobre el poder de citación de los tribunales y el servicio de jurado obligatorio (y el dominio eminente)

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Un problema con el minarquismo es que dificulta encontrar una oposición de principios a varias acciones y políticas estatales que violan los derechos individuales. Y así como los controles generan controles,1 una concesión conduce a otra. Ayn Rand, por ejemplo, mantenía que el poder de citación era legítimo: que los tribunales del Estado podían legítimamente obligar a las personas a presentarse ante el juzgado para dar testimonio o evidencia en un juicio.2 Sin embargo, ella argumentaba en contra del servicio de jurado obligatorio. Pero si los tribunales del Estado pueden obligar a los testigos a presenciar el juicio, ¿por qué no puede obligar a la gente a servir como jurados? De hecho, el “heredero intelectual” de Rand, Leonard Peikoff realiza justamente este argumento.3 Algunos objetivistas, tales como Diana Hsieh, disienten,4 pero como la hija de Peikoff’s, Amy Peikoff, dice, “Lo que estoy intentando descifrar es si el asunto del jurado es más como el asunto de la citación, o si al contrario es lo mismo como el servicio militar o la tributación obligatoria”.5

Otro problema sobre el cual algunos minarquistas vacilan es el dominio eminente. Richard Epstein, en su libro Takings, construye una teoría política completa alrededor de la idea de que el Estado es justificado porque puede arrebatar la propiedad privada cuando la expropiación genera suficiente excedente y se procede a compensar a la víctima, y de este modo se mejora la condición de todos. Ayn Rand inicialmente favorecía el dominio eminente, como señalado en la correspondencia de Murray Rothbard, porque la Constitución implícitamente lo autorizaba –hasta más o menos 1954–, cuando Herb Cornuelle la convenció de oponerse al dominio eminente.6 El neo-objetivista Tibor Machan todavía argumenta que la expropiación puede ser legítima.7

Luego, por supuesto, también están las posturas a medias de Rand sobre los impuestos. Ella afirmaba que el Estado mínimo era legítimo, aunque fue suficientemente honesta y perspicaz para darse cuenta de que los impuestos obligatorios eran ilegítimos (aunque, si recuerdo, ella puso la eliminación de los impuestos hacia el fondo de la lista de reformas importantes por las cuales presionaría). Ella opinaba que el Estado podía quizá ser financiado por cierto esquema voluntario de donaciones, pagos contractuales, o un sorteo. Ninguno de los cuales tiene sentido.


Traducido del inglés por Oscar Eduardo Grau Rotela. La publicación original se encuentra aquí.


Notas

  1. Ver mi publicación Controls breed controls, Monopolies breed monopolies.
  2. Ayn Rand interview with Raymond Newman: Ver 35:44 – 37:05 con respecto a su breve tratamiento de las citaciones; la breve mención de Rothbard sobre esto en su Entendiendo el culto a Ayn Rand.
  3. Las preguntas del podcast de Dr. Peikoff sobre los jurados y citaciones obligatorios: 7 de junio de 2010 y 19 de julio de 2010; ver también ARCHNblog, Do They Just Make This Stuff Up?.
  4. Ver el podcast #78 de Hsieh’s Noodlefood ; Don’t Let it Go, la publicación “Jury Duty”.
  5. Amy Peikoff’s defense of compulsory jury duty; ver también Association for Objective Law discussion of the subpoena power.
  6. Ver mi publicación Ayn Rand Finally Right about the First-to-File US Patent System.
  7. Ver mi publicación Before Vandanarchists, there were … Randanarchists!
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